La decisión del comando de mudar Camp Humphreys, a unos 70 kilómetros al sur de Seúl, ocurre en medio de una delicada tregua en la Península Coreana, aunque la reubicación fue planeada mucho antes que eso. La mayoría de los soldados ya se mudaron al nuevo lugar y Estados Unidos dice que los que faltan se mudarán para fines de este año.
La sede de las fuerzas militares estadounidenses estaba en el vecindario de Yongsan, en Corea del Sur, desde que las tropas estadounidenses llegaron a fines de la Segunda Guerra Mundial. El Fuerte Yongsan fue un símbolo de la alianza entre Estados Unidos y Corea del Sur, pero el uso de un terreno muy codiciado también causaba fricciones desde hace mucho tiempo.
Ubicada en la ciudad occidental de Pyeongtaek y cerca de un campo aéreo estadounidense, la construcción del nuevo comando de mil 420 hectáreas costó 11 mil millones y es la base estadounidense más grande fuera de Estados Unidos. Corea del Sur pagó casi el 90 por ciento del costo. ´
El edificio de esta sede, dentro del complejo de la sede que la rodea, representa la gran inversión en la presencia que las fuerzas estadounidenses van a tener a largo plazo en Corea”, dijo el general Vincent Brooks, comandante de las Fuerzas Estadounidenses Corea, durante la ceremonia de apertura.
“Las Fuerzas Estadounidenses Corea seguirán siendo la prueba viviente del compromiso estadounidense a la alianza”, agregó.
Apenas este jueves, el secretario de Defensa de Estados Unidos, James Mattis, aseguró que EU mantendrá intacto su volumen de tropas en Corea del Sur pese a la reciente cancelación de maniobras para impulsar el diálogo sobre la desnuclearización con Pyongyang.
Con información de AP
Vía: Televisa.
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