Moreira y Hacienda: Quedar tablas

La sana Distancia | Jorge Diaz


Parecer que esa es la apuesta de Humberto Moreira, líder nacional del PRI, en su último intento por salir librado de la responsabilidad del endeudamiento fraudulento en el que dejó a Coahuila. Llama la atención que el PRI no se quiera deshacer de él, por alguna razón lo asesoran o toleran su defensa en calidad de presidente del partido, pensarán que admitir la acusación o destituirlo del cargo, les pegará en las próximas elecciones.

En los últimos días se ha lanzado una embestida encabezada por el propio Moreira y algunos comunicadores, en sentido de desviar los reflectores hacia la Secretaría de Hacienda y endosarles la mitad de la responsabilidad en el suicidio económico al que llevaron al norteño Estado.

No hay que pecar de inocente, el interés de Moreira en este intento es quedar tablas, es un “ni tú ni yo”. Para nada se puede hacer la lectura de la búsqueda de la verdad y la justicia. Si lo dicho por el ex gobernador coahuilense se sostiene y puede probar con nombres y señas la responsabilidad de las autoridades hacendarias, la reacción por parte del gobierno federal será doblar las manos, recular y dar el asunto por muerto. Ahora ellos  (los panistas) también tendrían algo que perder. Mensaje implícito: todos tienen cola que les pisen.

Entre ellos podrán ponerse de acuerdo, pero el resultado para la sociedad es que los verdaderos responsables quedarán nuevamente impunes y en la calle y; lo que es peor, ostentando cargos públicos con el riesgo inminente y casi predecible de volver a delinquir con los dineros del erario.

Sorpresa mayor es el hecho de descubrir, que la estrategia de Hacienda no haya calculado la respuesta del priista y con esto, no será sorpresa si la Secretaría se ve obligada a echarse para atrás.

Por demás indigno el comportamiento de Humberto Moreira al basar su estrategia no sólo en involucrar a los funcionarios de la Institución Hacendaria, sino también a funcionarios de niveles inferiores de su pasada administración y con ello, pretender eludir su responsabilidad como cabeza de gobierno. Es el ejemplo del entrenador que culpa a sus jugadores por un mal partido.

Si Hacienda sabe defenderse de manera atinada podríamos esperar todavía algo de justicia en el caso, de lo contrario, se puede anticipar un balance de fuerzas, un empate técnico que lleve a la impunidad. Mientras tanto los coahuilenses, todos, cargarán la pesada lápida del endeudamiento de su querido Estado y, los mexicanos todos, estaremos frente otra vez a un acto de corrupción que, independientemente de quienes sean los involucrados, quedará impune. ¡Viva México!


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