La Sana Distancia | Jorge Diaz
Normalmente, después de una jornada electoral quedan lecciones. Los partidos perdedores revisan sus errores y afinan sus estrategias para conseguir una victoria en las próximas elecciones. Los vencedores se apuran a establecer los planes de trabajo para el paso de manos del gobierno saliente y el que tomará funciones.
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Normalmente, después de una jornada electoral quedan lecciones. Los partidos perdedores revisan sus errores y afinan sus estrategias para conseguir una victoria en las próximas elecciones. Los vencedores se apuran a establecer los planes de trabajo para el paso de manos del gobierno saliente y el que tomará funciones.
La
sociedad, gracias a las reflexiones de analistas, medios y líderes sociales,
aprende del ejercicio y toma cada vez más confianza y conciencia de la
importancia que tiene su participación en la toma de decisiones a través del
voto. Lo anterior, si tuviéramos espíritu democrático.
En
Michoacán las cosas no fueron así, al día siguiente de las elecciones en
aquella entidad, los antidemocráticos partidos políticos y sus líderes han sido
incapaces de reconocer el triunfo. ¿Dudas fundadas? Lo tendrían que probar.
Pero no, lo único que interesa a los perdedores, es manchar y sembrar todo tipo
de suspicacias contra quien tome el poder en unos meses. En resumen, el
objetivo es no dejarlo respirar. Si otro hubiese sido el ganador, la historia
sería la misma. La vocación es la venganza, el juego es destruir, no dejar
hacer.
Lleva
a la risa que provoca la desesperación, ver al partido del Presidente Calderón
pedir voto por voto. Provoca una pena muy grande, ver al PRD tratando de
recoger los pedazos de un capital que ellos mismos se encargaron de
desperdiciar. Genera desesperanza comprobar que el PRI es la opción.
Si
bien coincido con los que aseguran que los resultados de esta elección no tiene
por qué ser proféticos, en lo que se refiere a los resultados de las elecciones
presidenciales, estoy seguro que los
protagonistas políticos responderán exactamente a los mismos impulsos e
intereses que los llevaron a actuar de una forma u otra en Michoacán.
Lo
peor de todo, es que también creo que el ánimo de los electores será más o
menos el reflejo de lo que presenciamos en estas campañas. Unos tratando de
venderse al mejor postor y otros, aterrorizados por las advertencias que toda
clase de actores inmiscuidos en el proceso, lanzaron sin piedad para sembrar
horror y meter a la genta a sus casas. Los menos, valientes decididos a ejercer
su voto con toda libertad.
Pero
la normalidad regresó para los michoacanos después del domingo, se cuentan por
lo menos cinco ejecutados en alguno de sus municipios en lo que va de la
semana.
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