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Luego del anuncio del Instituto Electoral del Estado de México, donde ordena al Gobernador Enrique Peña Nieto retirar la publicidad del Gobierno Estatal, queda la sensación de insuficiente y tardío.
Los espectaculares, lonas, bardas pintadas y demás ya cumplieron su objetivo estando a tan poco tiempo de que la elección se realice.
Es importante anotar que tanto a nivel Federal como estatal, esto ha sido práctica común los últimos años, por lo que lejos de la crítica obvia al Gobierno mexiquense, está la necesaria revisión de los procesos en los distintos Institutos electorales del país.
El secuestro a este órgano regulador de las elecciones por los partidos es escandaloso. Ya no es más un logro de los mexicanos, se ha convertido en botín de los políticos. Es importantísima la confianza que el IFE y los Institutos electorales en los Estados deben inspirar a los ciudadanos para las fechas que se acercan, de lo contrario, estamos sentenciados a revivir las acusaciones de unos y otros un día después que pase cualquier elección en el futuro, sin que pase nada nuevamente.
Es preciso también, revisar los gastos de campaña, unos por escandalosos y otros por inútiles. En el caso de los partidos, esto traería como consecuencia mayor credibilidad por parte de los mexicanos. Cualquier empresa cuida que los gastos con pocas oportunidades de regresar ganancias, sean los menores. Asimismo, los partidos deberían cuidar los recursos (nuestros) cuando de antemano sepan sus oportunidades reales para alcanzar un cargo a través de las urnas.
Serán los ciudadanos mexiquenses los únicos que no verán ningún beneficio después de los gastos erogados en las campañas de Encinas y Bravo Mena por su anticipada derrota. Mientras que Eruviel, dejará la imagen de un derrochador del dinero ajeno, cuando ya sabía que iba a ganar una vez que a la alianza opositora la reventó su gran aliado AMLO.
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