No pretendo defender ni a Jorge Hank Rhon ni a los priistas. Si su detención responde a una estrategia llevada a cabo desde los Pinos para comenzar a disminuir la avanzada del PRI hacia el triunfo en el Estado de México y de ahí a la presidencia, es algo que ultimadamente lo sabe quienes lo maquinaron.
Las opiniones son variadas y en sentidos opuestos. Hay periodistas que saltaron a la defensa de Eruviel y quienes simple y sencillamente lo crucifican. Sus motivos tendrán.
Pero lo que salta a la vista es el contraste en el que vivimos los mexicanos día a día por los mensajes que vienen desde el poder y las autoridades.
Cómo creer que una denuncia anónima llevó a la detención de un prominente miembro del grupo Atlacomulco, que no se dispararon balas, que no hubo muertos, que no se sembró evidencia, que no hay represalias contra el denunciante… que no es un asunto político.
Hace poco fuimos testigos del asesinato en manos de no se quién, del hijo del poeta Sicilia y otros seis ¡precisamente por haber denunciado!
Desde la dependencia encargada de recibir las denuncias salió la información para ubicar y ultimar a las víctimas en Morelos y ahora resulta que la práctica de la denuncia en México es de lo más seguro y eficiente, sobre todo cuando denuncias a un pez gordo.
Sé que estoy hablando de Estados distintos, pero estoy seguro que hablo de autoridades idénticas. Por lo tanto, que nos quieran hacer creer que esto es producto de la casual denuncia de un ciudadano comprometido, no vale, los deja peor que antes.
Llámenle como quieran: Quinazo, Michoacanazo bis, Sabadazo, etc. Pero denuncia anónima, no fue.
Eso sí, la respuesta priista se dejará venir rabiosa ¿Estarán en Los Pinos preparados para el embate? Porque en política nadie tiene la cola corta.
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