Un Peña Nieto sin dedo

“Cubrir una falta con una mentira, es reemplazar una mancha con un agujero”

 Autor desconocido

Hubo escasos momentos en el pasado cercano de México, cuando algunos políticos (contados), infundían respeto. Preocupados por leer, ir a la escuela -para estudiar- y construir una sólida carrera como activista social. Interactuando y entendiendo a las bases que soportaban a sus respectivos partidos.

Eran de todos los colores, estratos y corrientes de pensamiento. Derecha, centro, izquierda, todos ellos comprometidos con sus ideas. Tenían en algunas ocasiones que tragar sapos y disciplinarse; hay que admitirlo, la vida política en México lo exige. Pero ese tiempo ya se fue.

Nuestros actuales actores políticos (con honrosas pero muy pocas excepciones), no sólo se jactan ufanos de su cinismo a la hora de las torpezas que cometen y comentan, sino también demuestran claramente su desprecio por los mexicanos al lanzarse temerariamente -como la ignorancia- a dar declaraciones irresponsables, como apostando a que nadie los escuche o los lea.

Como muestra, un botón. Peña Nieto, siendo cuestionado por los reporteros acerca de su participación para la elección de su sucesor en el Estado de México responde: “que no habrá dedazo en la designación del candidato del PRI por la gubernatura del edomex, pues la decisión final está en el partido y en el método que han seleccionado”.

Hasta ahí, la declaración permite un crecimiento de nariz -por mentiroso- digamos que… de unos 30 centímetros. Pero lo peor estaba por venir, cuando se le preguntó su opinión en lo relativo a la consulta ciudadana para conocer la voluntad mexiquense sobre una posible alianza PAN-PRD, respondió que:

En su carácter de ciudadano con derechos políticos (es decir, con derecho a opinar lo que piensa), la Consulta Ciudadana es un montaje y una farsa.

¿Por qué aclarar que en una pregunta responde con investidura y en la otra como un ciudadano más? ¿Quién de los dos está mintiendo? Antes del derecho a opinar, está la obligación del funcionario a decir la verdad.

A ver señor telenovela, si como ciudadano se toma el derecho de decir lo que piensa, se asume que lo que piensa y dice es verdad. Entonces también debemos asumir lo contrario “por su propia aclaración” cuando habla en su carácter de Gobernador; es decir, como Jefe de Gobierno, se toma la libertad de faltar a la verdad o por lo menos, a no decir lo que realmente piensa (sinónimo de deshonestidad) puesto que usted divide su existencia en dos personajes (signo de bipolaridad).

Entonces no nos hagamos, el que va a escoger a su sucesor es Usted.

¿Me expliqué o me regreso?