El Mejor Presidente para México

Cada ciclo electoral en México se repite la frase del título de este comentario. En ocasiones se formula como pregunta y otras como aseveración. Unas veces  por el genuino interés en explorar las mejores opciones y otras por una convicción política inflexible.

Son los ciudadanos participativos quienes se preocupan ya sea por definirlo o por defenderlo.

Pero, quienes aspiran a la presidencia de la Republica ¿Qué? Bueno, algunos le dejan todo a la imagen y los “buenos” contactos, hay quienes esperan a que otros lo definan por él (o ella), unos más están calculando los riesgos y el posible desgaste. Otros se interesan sólo por ver las reacciones en las esferas de poder, sin importar qué digan o piensen los de a pie.

Cuando los aspirantes deberían estar ya conociendo de cerca la problemática real de nuestras comunidades, sus necesidades, aspiraciones y sueños; cuando se deberían estar preparando para liderar de forma moderna y justa en un mundo que no espera, se la pasan posando y algunos ni eso.

Un ejercicio de sinceridad por parte de ellos, sería muy bueno para todos nosotros. Son los aspirantes quienes deberían preguntarse: ¿Soy yo el mejor presidente para México? Si la respuesta es NO, no le entren, por más que les endulcen el oído. Si la respuesta es SI, expónganlo con argumentos sólidos y propuestas viables. Demuestren voluntad y capacidad.

Presuntos Candidatos: “Hay que recorrer calles, escuelas, empresas, zonas rurales y urbanas, conocer, platicar, preguntar, ensuciarse los zapatos, SENSIBILIZARSE” Ya no nos vayan a salir como los anteriores.

Hasta ahora guste o no, sólo un presunto ha hecho esto desde hace unos cuatro años.