Ahora que el regreso a clases se acerca, las madres deben organizar mejor sus actividades diarias. Dentro de estas tenemos las comidas diarias a horarios determinados por las dinámicas de los niños. Proporcionar menús variados, saludables, ricos en nutrientes, pero bajos en grasas saturadas y azúcares procesados es posible introduciendo pequeños cambios en los hábitos alimenticios. Es en este escenario cuando Knorr se convierte en aliado de la familia.
Entre sus variedades de productos destacan el caldo de pollo, aplicable a miles de recetas. Este puede ser en cubos o granulado. Lo importante es que aporta sabor casero, no posee conservantes, ni químicos añadidos. Tampoco tiene colorantes artificiales ni saborizantes. Toda su sustancia se obtiene de especias y verduras deshidratadas para llevar a la mesa solo platillos saludables para los menús de la semana.
Usar los productos Knorr es tener la garantía del más exquisito sabor casero en todas las recetas. Además, es el amigo ideal de todas las madres que quieren crear platos originales y variados, sin sacrificar sabor.
También pueden usarse para ayudar a introducir cambios pequeños en los hábitos alimenticios y lograr las comidas tradicionales de siempre, más sanas y con el mismo sabor de la cocina de la abuela. Por eso es perfecto para crear la comida mexicana, según las recetas ancestrales que a todos gustan.
Ideas para crear menús saludables
Para crear menús distintos que no aburran a la familia, se requiere de ingenio y de mezclar las recetas de siempre con pequeñas innovaciones en cuanto a sustitución de ingredientes para lograr platillos saludables para todas las comidas de la semana. Estas son algunas ideas.
Hacer uso provechoso de las calorías de los alimento
Todo alimento posee una cantidad determinada de calorías. La ingesta de un adulto saludable debe rondar las 2 mil calorías por día. Lo ideal es que estas sean de calidad y no las llamadas “calorías vacías” que no aportan nutrientes, ni vitaminas, proteínas o minerales.
Las calorías aprovechables y sanas para el organismo son las que están presentes en verduras y legumbres, frutas, cereales integrales, granos, productos lácteos (de preferencia descremados), pescado, carnes de res, aves, mariscos, huevos, frutos secos y todo tipo de productos provenientes de la soya, entre otros.
Los refrescos y zumos azucarados no son recomendables. Es mejor hacerlos en casa con frutas de temporada y sin añadirles azúcar. Puede usarse stevia o miel.
Cuidado con la sal
La sal o el sodio en exceso pueden causar problemas renales y es un factor determinante en la tensión arterial alta. Se encuentra en la sal de mesa, pero también en muchos preservantes de enlatados o productos procesados. Por eso es mejor llevar una dieta a base de carnes o proteínas animales frescas, frutas, vegetales, arroces y pastas integrales y granos como las arvejas o garbanzos.
Evitar los azúcares
Los siropes envasados, los refrescos, los zumos de botella y algunas chucherías poseen demasiada azúcar que impacta negativamente en la salud. Es mejor proporcionar al cuerpo azúcares naturales de las frutas de temporada y eso mantendrá en óptimo estado los niveles de glucosa en la sangre y el peligro a padecer diabetes no tendrá lugar.
Atención a las grasas saturadas
Las recetas que llevan mantequilla o grasa de cerdo aportan no solo muchas calorías, sino también lípidos que afectan la salud y se acumulan en las arterias. Esto puede causar enfermedades cardiovasculares graves que deriven en infartos o accidentes cerebrovasculares.
En su lugar se pueden usar los aceites de maíz, soya, canola u oliva que son grasas que ayudan a eliminar el colesterol malo y elevar el bueno.
Tomar agua
Suena a algo común, pero la mayoría de las personas no consumen los dos litros diarios de agua para que el organismo esté hidratado y haya una correcta función renal y una excelente circulación sanguínea.
Las harinas integrales son mejor
Hay harinas integrales o harinas de garbanzos o frijoles que se pueden usar en lugar de harina blanca. Esto suma fibra a las recetas y ayuda a una mejor digestión. Se puede crear con una taza de harina blanca y tres cucharadas de salvado de trigo.
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