Dormir más protege contra el alzhéimer

Dormir más protege contra el alzhéimer


Neurocientíficos de la Universidad de California, Berkeley, han encontrado una posible relación entre la calidad del sueño actual y la posibilidad de sufrir alzhéimer en el futuro. A mayor cantidad de sueño profundo y reparador, más defensa tiene tu organismo contra la enfermedad.

La explicación se encuentra en la beta amiloide, una proteína que desde hace mucho tiempo se relaciona con el desarrollo del alzhéimer. Si la beta amiloide se acumula en el cerebro, puede formar placas que obstaculicen la capacidad de este para funcionar.

Lo que vieron los científicos en su experimento es que los participantes que empezaron teniendo un sueño más fragmentado y menos sueño de ondas lentas sin movimientos oculares rápidos (no REM), tenían más probabilidades de mostrar un aumento de beta amiloide en el curso del estudio. Por tanto, establecieron una correlación entre la calidad del sueño inicial y el crecimiento de esta proteína tóxica.

Joseph Winer, autor principal del estudio, destacó la importancia del hallazgo para pronosticar cuándo puede alguien sufrir alzhéimer. "En lugar de esperar a que alguien desarrolle demencia muchos años después, podemos evaluar cómo la calidad del sueño predice los cambios en las placas beta amiloides en múltiples puntos temporales. Al hacerlo, podemos medir cuán rápido se acumula esta proteína tóxica en el cerebro con el tiempo, lo que puede indicar el comienzo de la enfermedad de alzhéimer", dijo.

Actualmente, existen pruebas genéticas que pueden predecir la susceptibilidad inherente que tiene una persona a contraer la enfermedad. También los análisis de sangre sirven para arrojar un diagnóstico. Los hallazgos recién descubiertos ofrecen, por su parte, la posibilidad de actuar de manera terapéutica sobre el estilo de vida, más concretamente sobre el sueño. "Si el sueño profundo y reparador puede retrasar esta enfermedad, deberíamos convertirlo en una prioridad importante", dijo Winer. "Y si los médicos saben de esta conexión, pueden preguntar a sus pacientes mayores sobre la calidad de su sueño y sugerir el sueño como una estrategia de prevención".

En estudios anteriores se ha visto que durante el sueño el cerebro “se lava” a sí mismo y se limpia de beta amiloide. "Sabemos que hay una conexión entre la calidad del sueño de las personas y lo que sucede en el cerebro, en términos de la enfermedad de alzhéimer. Pero lo que no se ha probado antes es si el sueño de ahora predice lo que le va a suceder años después", dijo Winer. "Y esa es la pregunta que teníamos".

Y obtuvieron la respuesta: "Medir el sueño de manera efectiva nos ayuda a viajar al futuro y estimar dónde estará tu acumulación de amiloide", dijo Matthew Walker, autor principal del artículo publicado en la revista Current Biology.

El estudio


Para el experimento se reclutó a 32 adultos mayores sanos. Cada uno tuvo que pasar una noche de ocho horas de sueño en el laboratorio de Walker mientras se le hacía una polisomnografía, que mide las ondas cerebrales, el ritmo cardíaco, los niveles de oxígeno en la sangre y otras señales fisiológicas de la calidad del sueño.

El estudio duró varios años y los científicos comprobaron de manera periódica la tasa de crecimiento de la beta amiloide en los cerebros de los participantes. Compararon los niveles de esta con sus perfiles de sueño.

Los investigadores se centraron en la actividad cerebral durante el sueño profundo de ondas lentas y evaluaron la eficiencia del sueño. Esta se define como el tiempo real que se pasa durmiendo, en contraposición con el tiempo que se pasa en la cama sin dormir. Los resultados apoyaron su hipótesis de que la calidad del sueño es un biomarcador y un predictor de enfermedades en el futuro.

El alzhéimer afecta a más de 40 millones de personas en todo el mundo y hoy en día no tiene cura.

 

Referencias: Sleep Disturbance Forecasts β-Amyloid Accumulation across Subsequent Years. Joseph R. Winer, Bryce A. Mander, Samika Kumar, Suzanne L. Baker, William J. Jagust

Matthew P. Walker, 3/09/2020 DOI: https://doi.org/10.1016/j.cub.2020.08.017

Por: Mar Aguilar. 
Vía: Muy Interesante. 


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