José Manuel López Campos, presidente de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), que aglomera a 750 mil micro, pequeñas y medianas empresas, señala que es prioritario incorporar al plan de reactivación económica a las compañías con actividades que no fueron consideradas como esenciales pero que proveen de suministros a los sectores sí esenciales, lo que denomina transversalidad de las cadenas de valor.
“Se tienen que dar dos condiciones (para la reactivación). Una es la sanitaria. Se tiene que iniciar en las regiones donde no ha habido contagios o ha habido la menor cantidad, independientemente de las vocaciones productivas; en zonas que no reúnan estas condiciones tampoco va a ser posible que sean de las primeras en activarse. Lo siguiente es considerar cuáles son las cadenas que están más relacionadas con la productividad y el empleo, en dónde se generan mayor número de empleos y cuáles son las que inciden directamente en la prestación de los servicios esenciales, lo que son las cadenas de valor transversales, las que abastecen y les dan servicio y proveeduría a las empresas esenciales”, indica en entrevista.
“Es importantísimo considerar la reincorporación gradual de las empresas consideradas como no esenciales. Hoy una empresa de alimentos que es considerada esencial requiere de empresas que no han sido consideradas como esenciales y que son transversales, como pueden ser las que les producen los envases, las etiquetas, las latas, las botellas, los palets (tarimas de madera) para la transportación y, desde luego, toda la logística y distribución que hay en el proceso”.
López Campos sostiene que el plan de reactivación paulatina para empresas con actividades no esenciales permitirá rescatar a la economía de una crisis más profunda, y plantea que cada estado defina cuál es su principal vocación productiva –industria, servicios, tecnología- para planear su reactivación inmediata.
“Se tiene que pensar en soluciones regionales, por estado; son distintas las vocaciones y las prioridades de cada entidad, y en función de eso tiene que darse la reincorporación y la reactivación en cada una de las áreas de mayor interés. Es dependiendo de las condiciones de cada región; ya hay un mapa muy claro para las autoridades de las regiones que no tienen contagios o que tienen un mínimo de estos. Lo que se pretende con la reactivación gradual es no paralizar la economía de manera permanente, y que lo que es una crisis temporal no se vuelva una crisis de largo plazo;considerando que nuestro principal socio comercial, que es Estados Unidos, ya anunció el reinicio de actividades en algunas áreas de producción, habría que atender esas consideraciones”, comenta.
“Se trata de valorar el nivel de contagios en una zona y las condiciones en las que se pueda preservar la seguridad de mitigación. Las empresas a las que se les autorizara reiniciar operaciones tendrían que garantizar la seguridad de su personal con las medidas preventivas para evitar los contagios. Es importantísimo que, en estos sitios donde se reactive la productividad, se estén haciendo pruebas periódicas que garanticen que no haya una propagación del virus. En tanto no se cuente con la cura o la vacuna del COVID-19 tenemos que aprender a vivir con visiones que garanticen la prevención del contagio. Se debería de contar en cada centro de trabajo con las medidas preventivas tanto al entrar, durante la labor y al salir del sitio para evitar que se den condiciones de contagio”.
El líder empresarial afirma que la Concanaco-Servytur impulsa la formación de un Consejo Nacional tripartita, en el que estén representados el gobierno y los patrones y trabajadores de los sectores productivos, a fin de diseñar el plan de reactivación económica por regiones y tomando en cuenta los intereses de la planta laboral de las empresas y sectores productivos seleccionados para retornar.
López Campos agrega que este plan permitirá también sostener el comercio internacional, pues el paro actual pone en riesgo la competitividad de las empresas nacionales que exportan y forman parte de cadenas de producción de otros países, principalmente Estados Unidos.
“Es indispensable que se reincorporen gradualmente las empresas a la reactivación económica, no solamente por el consumo nacional, sino también por las cadenas de valor internacionales, porque, al reanudar operaciones en el extranjero, si nuestros exportadores nacionales no proveen de los insumos que requieren esas empresas, se corre el riesgo de (perder) competitividad y de que dejen de ser considerados como parte de estas cadenas, y así se pierda esta capacidad de exportación y de venta hacia el extranjero. Hoy es una situación que cobra mayor relevancia cuando estamos en la antesala de la implementación, el 1 de julio, del T-MEC, por lo cual tiene la mayor importancia que estén vigentes las cadenas productivas internacionales”, detalla.
Eduardo Solís, encargado de Cadenas Globales de la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin), advierte que es urgente sincronizar con Estados Unidos y Canadá los sectores considerados esenciales para que México se reinserte a las cadenas de suministro en las industrias automotriz, aeronáutica, electrónica, textil y farmacéutica.
“Lo primero es asegurar el regreso a la actividad productiva. El hecho de que estén desalineados los sectores que han sido designados como esenciales entre México y sus socios comerciales en América del Norte nos pone en un aprieto, por el nivel tan alto de integración que tenemos en las cadenas globales de suministro”, sostiene.
“Nosotros buscamos asegurar que haya un regreso sincronizado por ese altísimo nivel de integración. Lo peor que nos puede pasar es que perdamos la confianza de nuestros socios comerciales, en donde, hoy por hoy, el 40% de un vehículo que se fabrica en Estados Unidos es mexicano. No queremos perder esa confianza que hoy tenemos y que empiecen a regresar a Estados Unidos procesos productivos que hoy generan buenos empleos en nuestro país. Ese regreso sincronizado es fundamental para mantener la confianza en nuestro país”.
Solís, expresidente de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), plantea que, para la reapertura de industrias alineadas con los socios comerciales de México, se requiere de la formulación de protocolos sanitarios que deberán ser aplicados de manera estricta por las empresas y sus trabajadores.
“¿Cómo es ese regreso? Una vez que esté sincronizado, tenemos que asegurar protocolos sanitarios, que sea un regreso responsable, protegiendo siempre la vida y la salud de nuestros empleados, y eso se va a lograr sólo si se siguen guías muy claras para ese regreso”, sostiene.
El líder empresarial ejemplifica que Alemania mantuvo abiertas prácticamente todas las plantas automotrices con la implementación de protocolos sanitarios.
“Estos protocolos son guías que permiten que el regreso sea responsable. Son guías generales, pero luego tienen que ser aplicadas en cada planta; cada planta tiene su especificidad y hay que respetarla: el distanciamiento entre los empleados, cómo ellos manejan sus herramientas de trabajo; es decir, la gente piensa en esto como si solamente tuvieras que tener gel en la entrada del edificio y por supuesto que no es así, son guías complejas. Alemania es un buen ejemplo, porque ellos no detuvieron la producción durante la crisis en la mayoría de las plantas”, detalla.
“Es un tema no nada más del proceso de producción, sino logística para los empleados y logística en lo que hace al producto que estás fabricando y que estás enviando. La clave está en los protocolos sanitarios”.
La guía utilizada por la industria automotriz alemana señala que en los lugares de trabajo los empleados deben laborar a 1.5 metros de distancia entre ellos y usar tapabocas; agrega que los elevadores deben ser utilizados por pocas personas, que se deben ventilar y limpiar los espacios, y que cada trabajador utilice sólo sus propias herramientas.
En sintonía con el líder de la Concanaco-Servytur, Solís afirma que la reactivación paulatina de sectores de la industria, con la aplicación de medidas de prevención del coronavirus, permitirá que la crisis económica no se profundice.
“En realidad se trata de un regreso responsable, de reactivar la planta productiva a todos los niveles de la cadena de una manera que protejamos a nuestros empleados, pero al mismo tiempo les demos trabajo, y podamos no solamente aplanar la curva en la parte sanitaria del COVID-19, sino también la curva de la crisis tan profunda que tenemos a nivel de empleo y producción.
“Grandes firmas internacionales han proyectado caídas que van desde un 8% al año hasta arriba del 10%. No hay duda que este trimestre abril-junio va a tener una caída muy profunda en el mundo, por supuesto en los mercados de nuestros principales socios comerciales y en México, somos un país que está insertado de manera importante en los mercados mundiales, y por supuesto que esta caída le va a afectar a México de manera importada y de manera nacional”, indica el representante de la Concamin.
Vía: Animal Político.