Es el caso de los Huicholes, a quienes en más de una ocasión he conocido de cerca y por esa razón, me ha interesado saber más de ellos y tratar de transmitir mis pensamientos sobre esta hermosa etnia mexicana. En primer lugar, mencionaré que lo que me motiva a acercarme a su historia, cultura y arte, entre otras cosas, es su calidez humana.
No existe un Huichol en México que no sea amable, que no transmita felicidad y que no te invite a acercarte para interiorizar. Son para mí como un imán, al mismo tiempo enigmáticos, pero también transparentes como el aire que alguna vez respiraron sus antepasados en la Sierra Madre Occidental de la república mexicana.
Esta etnia se extendió a lo largo de la región que hoy conocemos como los estados de Nayarit, Jalisco y partes de Durango y Zacatecas. Aunque afortunadamente y gracias a la fascinación que sentimos los mexicanos por su arte y cultura, siempre podremos encontrar un representante de los Huicholes en todos los rincones de México que nos abrirá los ojos con alguna de sus obras.
Muchos de ellos hablan dos idiomas, el español, heredado de la conquista y el propio, el huichostle o huichol. Lo anterior los hace doblemente valiosos, ya que no son grupo encerrado en sí mismos, por el contrario, el acierto que desde hace muchos años tuvieron al conservar su idioma pero integrarse a la vida de la mayoría de los mexicanos aprendiendo el español, les ha permitido abrir muchas puertas a nivel nacional e internacional, como también nos han concedido el enriquecernos al poder comprender fácilmente su cultura y filosofía de vida.
Cabe señalar que, en algunos casos, siguen existiendo algunas comunidades cerradas; sin embargo, la mayoría convive perfectamente bien con el resto de los mexicanos y extranjeros que visitan sus comunidades o que se encuentran con ellos a los largo del territorio mexicano.
Tradicionalmente, los Huicholes han coleccionado y consumido en algunos rituales el peyote, un pequeño cacto alucinógeno que crece en la región que hoy conocemos con San Luis Potosí. Pero su riqueza cultural no se limita solo a eso.
Entre sus costumbres para la asignación de gobernantes, existe el otorgamiento del bastón de mando o bastón de poder, que generalmente es cedido a un anciano. Los Huicholes muestran un gran respeto por sus mayores, por considerarlos sabios y guardianes de sus tradiciones.
Entrando al apasionante tema del arte Huichol, mismo que se ha desplegado en todo el mundo, siendo una de las mayores atracciones para turistas nacionales e internacionales que visitan nuestras playas, ciudades con arquitectura colonial y pueblos mágicos, es altamente recomendable apreciar al menos una vez en la vida alguna de las impresionantes obras que las manos huicholes crean con abundante imaginación y destreza.
Es alucinante el colorido de todas la piezas del arte huichol. Contemplar por horas sus obras que recrean océanos cósmicos, su concepción de la naturaleza plasmada en sus creaciones de árboles, montañas, laberintos, su conciencia de la omnipresencia del sol y de la luna, así como de el misticismo que encierran su religión y costumbres, enriquece el alma.
Muchas de las cosas que más nos interesan acerca de ésta y otras etnias, podemos apreciarla y aprenderla de forma más profunda y exacta en el sitio Etnias del Mundo, un apasionante sitio web que nos lleva por todo el planeta para conocer y entender mucho más sobre los pueblos originarios que alguna vez fueron únicos en sus tierras y que, en mayor o menor medida, han ido evolucionando con el mundo, pero al mismo tiempo conservando todo aquello que les da identidad y orgullo.
Una de las mejores formas de poder asegurar un futuro brillante para toda la humanidad, es conociendo de cerca la visión de los pueblos milenarios, su gente y la manera en que han podido sobrevivir a un mundo tan cambiante y a veces violento en distintos sentidos. La fortaleza de estos pueblos, como el Huichol, es la clave para entender los retos que se nos presentarán en el futuro.