A partir del 20 de agosto, los restaurantes, tiendas y máquinas expendedoras del aeropuerto no podrán vender agua en envases de plástico y los viajeros deberán traer sus propias botellas desde casa o comprar una metálica en las dependencias aeroportuarias.
El aeródromo es propiedad y está operado por el Gobierno municipal, de manera que con esta decisión se adapta a la normativa aprobada en 2014 que prohíbe la venta de agua en botellas de plástico en todas las propiedades del Ayuntamiento.
La única excepción a esta regla será para las botellas de agua saborizada (como por ejemplo con gusto a limón, naranja u otras frutas), que sí podrán seguirse vendiendo.
El aeropuerto de San Francisco, como la mayoría en Estados Unidos, dispone de múltiples fuentes de agua potable en sus instalaciones (en torno a una o dos por cada baño público), de manera que si los viajeros traen su propia botella de casa pueden llenarla de forma gratuita.
Sin embargo, estos no pueden llevar sus botellas ya llenas desde casa, puesto que la normativa de seguridad aérea impide acceder a las puertas de embarque con cualquier envase que contenga más de 100 mililitros de líquido.
Además de servirles para adaptarse a la normativa municipal, la prohibición de las botellas de agua de plástico forma parte de un plan mayor de la instalación aeroportuaria para convertirse en huella de carbono cero en 2021.
San Francisco, la cuarta ciudad más poblada de California, es también una de las más progresistas del país y puntera en medidas ecologistas y de lucha contra el cambio climático.
En 2014, California se convirtió en el primer estado de EE.UU. en prohibir las bolsas de plástico de un solo uso por su impacto medioambiental, una iniciativa que luego siguieron en otras partes del país como Hawái o el estado de Nueva York.
Vía: ViveUSA.