Si, por ejemplo, el niño pesa 30 kilogramos, su mochila no deberá sobrepasar los tres kilogramos, explicó el jefe de Ortopedia del Hospital General Regional No.1 “Morelos”, en Chihuahua, Adrián Rodríguez, quien sugirió que las mochilas tengan correas anchas y acojinadas, proporcionales a su talla para que, al ajustarse a su espalda, queden cinco centímetros arriba de la cintura.
Entre los problemas que aparecerían en el niño, detalló, se encuentran deformaciones en la columna, malas posturas al caminar y otros trastornos del sistema músculo esquelético que, sin manifestar dolores, se presentan años después y si no se detectan, tendrían consecuencias irreversibles.
Recordó una práctica común entre los niños, quienes para compensar el equilibrio con relación al peso de la mochila, se encorvan hacia adelante al caminar, lo que puede ocasionar mayor contractura, ya que se fuerza al cuerpo a trabajar de forma incorrecta.
Cargar la mochila con dos correas, para distribuir el peso en los hombros, fue otra de las recomendaciones del especialista, además de evitar artículos innecesarios y la opción de adquirir una mochila con ruedas.
Vía: 24 Horas.
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