Hay miles de millones de vínculos emocionales en el mundo a los que aparentemente le llaman amor; sin embargo, pocos califican por ser un amor en estado real de conciencia, donde ambas partes que componen a la pareja deciden aceptarse y amarse sin condicionamientos, pero lo más importante, no buscan a completarse gracias al otro, pues se definen a sí mismos como personas completas y felices aún en estado de total soltería.
En la otra cara de la moneda se encuentran la gran mayoría de las relaciones existentes hoy en día, y se llaman amores obsesivos.
Pensamientos que se convierten en impulsos, mismos que generan emociones tales como severa angustia y/o ansiedad. A estas ideas que deambulan en la mente se les conocen como ego distónicas (no afines con los intereses del ego), es decir, la persona que experimenta la obsesión reconoce que dichas sensaciones son inadecuadas y que le cuesta ejercer un real control sobre éstas, así sitúa que estas obsesiones las crea su mente. Cabe mencionar que la periodicidad con que se presentan es con suma frecuencia como para ocasionar un desajuste en la vida del individuo, o sea, un malestar a nivel emocional y psicológico.
Pensamientos repetidos sobre algo que generan emociones no gratas y que se manifiestan en conductas nocivas para el obsesivo, y en muchos casos también en el objeto de su obsesión.
Ahora hagamos la conjunción del amor y el término obsesión. El Amor es dar y recibir afecto del otro. La Obsesión proviene de un deseo imperante de poseer y ser poseído por el otro. Como podrás notar, no es lo mismo el amor que proviene del mismo amor, que es una fuente de belleza que nutre a la relación, no busca que a cambio de dar algo le deba pertenecer la pareja ni mucho menos dominarlo, retenerlo o someterlo. Más claro aún lo dejaré… el amor propicia un sentimiento de tranquilidad y armonía muy a pesar de los malos momentos que se puedan presentar en la dinámica de pareja; mientras que la obsesión regala constantes momentos de inquietud al no saber si se goza del afecto del otro. Amor es confianza en el vínculo y obsesión es el equiparable a vivir en desconfianza de si se cuenta con dicho vínculo.
Puede ser previo a que se dé la relación, durante y después de terminada la misma.
En resumidas cuentas, por una mala autoestima, ya que el obsesivo cuenta con cierto déficit emocional que lo lleva desesperadamente a buscar compensar dicha situación buscando favorecerse del “amor del otro”, pero no de cualquier otro, sino de esa persona a la que le ha concedido la dimensión de mágica y única en el universo, quien al parecer cuenta con prácticamente una varita mágica para poner su mundo en estado aparente de bienestar y equilibrio, y lo más importante de todo, a completarlo. El obsesivo no dimensiona la infinita posibilidad de probables potenciales parejas que el universo oferta, sino que reduce toda su visión al único blanco en quien ha depositado sus fieles esperanzas, ¡SÍ! el objeto de su obsesión, sólo esa persona puede lograrlo, porque nadie, absolutamente nadie más goza de tales características. De aquí su constante ímpetu en pensar repetidamente sobre su condición en relación a la otra persona y de querer “amarrar la relación de una manera u otra”.
Después de leer esto comprenderás lo irracional que resulta el considerar algunos aspectos como el ocupar de otro para ser feliz, asunto siguiente el idealizar a tal magnitud a la persona, pues todos tenemos bellezas y rarezas; y finalmente, considerar que sin esa única persona la vida no es igual y jamás podrás encontrar a alguien semejante en lo que resta de la existencia.
Entrar en estado de interiorización y honestidad contigo mismo, si crees que no puedes estar sin esa persona, al parecer gracias a ésta te defines en gran medida, y con esto la posibilidad de estar bien y ser feliz, en definitiva, debes acudir a un especialista de la salud mental (psicólogo) para mejorar tu autoimagen y amor propio.
Finalmente reflexiona sobre esto: En el amor, la pareja se acompaña; en el “amor obsesivo”, las personas buscan a completarse, si es así esto parte de la irracional idea de que te falta algo y que habitar contigo mismo no es suficiente, y obvio, jamás una opción.
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En la otra cara de la moneda se encuentran la gran mayoría de las relaciones existentes hoy en día, y se llaman amores obsesivos.
¿Qué es una obsesión?
Pensamientos que se convierten en impulsos, mismos que generan emociones tales como severa angustia y/o ansiedad. A estas ideas que deambulan en la mente se les conocen como ego distónicas (no afines con los intereses del ego), es decir, la persona que experimenta la obsesión reconoce que dichas sensaciones son inadecuadas y que le cuesta ejercer un real control sobre éstas, así sitúa que estas obsesiones las crea su mente. Cabe mencionar que la periodicidad con que se presentan es con suma frecuencia como para ocasionar un desajuste en la vida del individuo, o sea, un malestar a nivel emocional y psicológico.
¿Cómo se evidencia la obsesión?
Pensamientos repetidos sobre algo que generan emociones no gratas y que se manifiestan en conductas nocivas para el obsesivo, y en muchos casos también en el objeto de su obsesión.
Ahora hagamos la conjunción del amor y el término obsesión. El Amor es dar y recibir afecto del otro. La Obsesión proviene de un deseo imperante de poseer y ser poseído por el otro. Como podrás notar, no es lo mismo el amor que proviene del mismo amor, que es una fuente de belleza que nutre a la relación, no busca que a cambio de dar algo le deba pertenecer la pareja ni mucho menos dominarlo, retenerlo o someterlo. Más claro aún lo dejaré… el amor propicia un sentimiento de tranquilidad y armonía muy a pesar de los malos momentos que se puedan presentar en la dinámica de pareja; mientras que la obsesión regala constantes momentos de inquietud al no saber si se goza del afecto del otro. Amor es confianza en el vínculo y obsesión es el equiparable a vivir en desconfianza de si se cuenta con dicho vínculo.
¿En qué momentos se activa la obsesión?
Puede ser previo a que se dé la relación, durante y después de terminada la misma.
¿Por qué nos obsesionamos con el amor, aprobación y aceptación del otro?
En resumidas cuentas, por una mala autoestima, ya que el obsesivo cuenta con cierto déficit emocional que lo lleva desesperadamente a buscar compensar dicha situación buscando favorecerse del “amor del otro”, pero no de cualquier otro, sino de esa persona a la que le ha concedido la dimensión de mágica y única en el universo, quien al parecer cuenta con prácticamente una varita mágica para poner su mundo en estado aparente de bienestar y equilibrio, y lo más importante de todo, a completarlo. El obsesivo no dimensiona la infinita posibilidad de probables potenciales parejas que el universo oferta, sino que reduce toda su visión al único blanco en quien ha depositado sus fieles esperanzas, ¡SÍ! el objeto de su obsesión, sólo esa persona puede lograrlo, porque nadie, absolutamente nadie más goza de tales características. De aquí su constante ímpetu en pensar repetidamente sobre su condición en relación a la otra persona y de querer “amarrar la relación de una manera u otra”.
Después de leer esto comprenderás lo irracional que resulta el considerar algunos aspectos como el ocupar de otro para ser feliz, asunto siguiente el idealizar a tal magnitud a la persona, pues todos tenemos bellezas y rarezas; y finalmente, considerar que sin esa única persona la vida no es igual y jamás podrás encontrar a alguien semejante en lo que resta de la existencia.
¿Qué hacer al respecto?
Entrar en estado de interiorización y honestidad contigo mismo, si crees que no puedes estar sin esa persona, al parecer gracias a ésta te defines en gran medida, y con esto la posibilidad de estar bien y ser feliz, en definitiva, debes acudir a un especialista de la salud mental (psicólogo) para mejorar tu autoimagen y amor propio.
Finalmente reflexiona sobre esto: En el amor, la pareja se acompaña; en el “amor obsesivo”, las personas buscan a completarse, si es así esto parte de la irracional idea de que te falta algo y que habitar contigo mismo no es suficiente, y obvio, jamás una opción.
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