El Presidencialismo Mexicano: los nudos históricos

El Presidencialismo Mexicano: los nudos históricos
Estimado lector, es un gusto saludarle nuevamente; al leer el encabezado de este ensayo, seguramente vienen a su mente dos obras que son fundamentales para entender el sistema político en México: “El presidencialismo mexicano” de Jorge Carpizo McGregor, publicado por primera vez en 1978, y “Los nudos históricos del sistema político mexicano”, de Manuel Camacho Solís, publicado por primera vez en 1977.

Respecto a la primera obra, es importante señalar que da cuenta de un conjunto de facultades constitucionales y meta constitucionales de los presidentes mexicanos, lo que hacía del presidencialismo mexicano, una institución de características propias diferenciables de los presidencialismos de otras naciones del continente americano y de la doctrina misma, que le dio origen al sistema presidencial norteamericano.

En el caso de la segunda, se trata de un ensayo de coyuntura que brinda una perspectiva sobre un “agotamiento” del sistema político, y a la vez, posibles escenarios de salida de esta circunstancia. En este contexto, el autor toma prestado de la jerga de la orografía, el concepto de nudo, que significa el punto de unión entre dos sistemas de montañas.

De manera analógica al nudo orográfico, el autor dio contenido al concepto de nudo histórico definiéndolo como un punto donde el sistema se encuentra al límite y hay posibilidades de sustitución. Dicho en otras palabras, en esa coyuntura política, había posibilidades reales de cambiar el sistema o iniciar su lenta transformación; lo que hoy se conoce como el inicio del proceso de transición a la democracia.

Visto en retrospectiva, y tomando como referente el concepto desarrollado por el autor, el contexto en el que fue escrita la obra, el sistema se encontraba al límite, en un nudo histórico, el punto de unión entre un sistema que parecía agotado y un nuevo sistema que podría ser -si mal no recuerdo- semejante al sistema inglés, al de Chile o al cubano.

No llegamos a ninguno de los anteriores, pero sí inició un proceso de reforma política, como una de las alternativas que diagnosticó el autor. Asimismo, entre otros factores, la coyuntura histórica y el genio del ideólogo Jesús Reyes Heroles, se combinaron para iniciar nuestro prolongado proceso de transición, el cual para muchos autores, concluyó en el año 2000, con la alternancia en el gobierno federal; evento con el que, en apariencia, se sustituyó por completo, aquél sistema que en 1978 había llegado al límite.

Por otra parte, a aquel presidencialismo mexicano descrito por Carpizo McGregor, pareciera que el mismo proceso de transición se encargó de acotarlo sistemáticamente; se podría pensar que el régimen y sus instituciones, se democratizaron a tal grado, que estamos lejos de aquellos tiempos y podríamos creer que vivimos en una democracia plena, con división y equilibrio de poderes, -con algunos desajustes e imperfecciones-, pero democracia al fin, perfectible.

Pero en esa parte perfectible, es donde se encuentran los nudos institucionales (diferentes a los históricos), entendidos no como punto de unión, sino simplemente como un amarre que se hace con una cuerda para sujetar algo. Si esta sencilla descripción la analizamos en el plano de las instituciones políticas, o particularmente en el caso de los poderes, podríamos decir que un nudo institucional, es la disposición constitucional o jurídica, mediante la cual, uno de los poderes mantiene sujeto o bajo su subordinación a otro, u otros poderes.

Luego entonces, si hay un poder que a través de diferentes nudos institucionales mantiene sujetos a los demás poderes, difícilmente podremos hablar de que existe un equilibrio de poderes en México, no obstante que se grite a los cuatro vientos. Si ese poder que se beneficia de los nudos institucionales, es el poder ejecutivo que mantiene sujetos al legislativo y al judicial, entonces hay mecanismos institucionales que permiten que en esencia, el presidencialismo mexicano siga vivo.

Sorpresa, no estaba muerto…entonces: ¿cuáles son los nudos institucionales?

Habrá que dilucidarlos. Lo invito a que lo hagamos juntos.

Nos leemos la próxima semana.



Comentarios