Los datos presentados por Andrew Rhodes, el comisionado nacional de áreas protegidas de México, fue recibida con vítores, pero los científicos rápidamente advirtieron que no significa que las mariposas que migran de Canadá y Estados Unidos estén libres de peligros.
Este invierno, los investigadores encontraron que las mariposas ocuparon 6.05 hectáreas de bosques de pinos y abetos en las montañas de los estados de México y Michoacán, un aumento frente a las 2.48 hectáreas de hace un año.
Llegan en tal cantidad que las poblaciones se miden por la superficie cubierta.
La medición de este año es la más grande desde el periodo de 2006 a 2007, según el comunicado. La más baja se registró entre 2013 y 2014.
Las primeras mariposas monarca de esta temporada llegaron a México el 20 de octubre, más de una semana después de lo acostumbrado, debido a las lluvias y el frío en la frontera entre Texas y México, dijo Rhodes.
"Una vez en tierra mexicana, las mariposas ocuparon una cantidad de territorio que nos brinda mucha esperanza sobre el futuro", dijo Rhodes.
Los científicos dijeron que aproximadamente 6 hectáreas cubiertas deberían ser el mínimo viable para la migración de monarcas en el futuro.
Ryan Norris, profesor de ecología de la Universidad Guelph en Ontario, Canadá, dijo que sería peligroso pensar que una mayor cobertura en sus tierras invernales significa que las mariposas están a salvo.
"Ganamos tiempo, pero es lo mejor que tenemos", dijo Norris, quien estuvo en Ciudad de México para reuniones científicas sobre las mariposas.
"Este año hubo condiciones favorables", dijo. "No fue demasiado caluroso ni demasiado frío, fue perfecto".
Chip Taylor, director de la Vigilancia Monarca, profesor de ecología en la Universidad de Kansas y director de un programa de monitoreo de estas mariposas, reiteró esa advertencia.
"No se repetirá el año que entra, ni de cerca", dijo Taylor.
Las temperaturas por arriba del promedio en Texas el año que entra causarán problemas para la reproducción de estos insectos, dijo Taylor. La primavera pasada, debido a las frías temperaturas del norte de Texas, las mariposas pusieron ahí sus huevos, pero cuando está más caluroso se alejan muy al norte demasiado pronto y la población no se reproduce tan bien, agregó.
La pérdida de hábitat, sobre todo el algodoncillo donde las mariposas ponen sus huevos, el uso de pesticidas y herbicidas, así como el cambio climático, seguirán representando una amenaza para las especies, dijeron los expertos.
Vía: El Financiero.
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