Deje usted el desabasto de combustible en gran parte del país, eso sólo va a desgraciar la vida de millones de mexicanos que tienen que desplazarse en transporte público o en sus propios autos para dejar a sus hijos en la escuela y llegar a tiempo al trabajo, también le provocará pérdidas millonarias a los empresarios que no podrán transportar sus mercancías a lo largo y ancho del territorio para poder llegar a todos los consumidores. Pero ¿qué importa?
Qué decir del ánimo social, que está pasando rápidamente del jolgorio del bastón de mando, pedirle permiso a la madre naturaleza para construir trenes y el fiestón del zócalo con incienso y toda la cosa, a las mentadas de madre. Eso es lo de menos.
Qué más da que medio México esté a favor y la otra mitad en contra, pues para eso tienen manos y son hombres, que se rompan la madre entre ellos, mientras no le toquen moquetes a uno, pues que se la partan y ya.
No, el problema real está en el desabasto de argumentos para explicar este ridículo papelón. Figúrese que nuestro flamante presidente; sí, ese que no quiere ver el problema que tiene con Trump y que prefiere apoyar al dictador criminal de Venezuela, Nicolás Maduro, como dice una cosa, dice otra.
Primero dijo que el asunto del robo de gasolina, se daba dentro de PEMEX (cerca del 80% del robo) y que lo otro era cosa de niños; ya sabe, el pueblo bueno haciendo travesuras con unas mangueritas. Entonces ¿para qué cerró los ductos? Con haber atrapado y encerrado a los responsables que, según él, estaban dentro de la institución y llevando a cabo el robo por años, hubiera sido suficiente.
¡Ah! Pero inteligente como es, salió al siguiente día a decir que los ductos se cerraron porque es ahí donde se hace la ordeña que significa una pérdida millonaria. Entonces ¿dónde estaba el problema? ¿acusó sin pruebas como es su costumbre? o ¿no tenía ni idea de lo que iba a provocar con este acto de autoridad?
Le digo, ese es el verdadero problema, el desabasto de argumentos ¿le digo por qué? Porque así va a estar seis años con problemas tanto o más delicados que este.
¿Y todavía pide paciencia? ¡ufff!
Twitter: @adejorge
Qué decir del ánimo social, que está pasando rápidamente del jolgorio del bastón de mando, pedirle permiso a la madre naturaleza para construir trenes y el fiestón del zócalo con incienso y toda la cosa, a las mentadas de madre. Eso es lo de menos.
Qué más da que medio México esté a favor y la otra mitad en contra, pues para eso tienen manos y son hombres, que se rompan la madre entre ellos, mientras no le toquen moquetes a uno, pues que se la partan y ya.
No, el problema real está en el desabasto de argumentos para explicar este ridículo papelón. Figúrese que nuestro flamante presidente; sí, ese que no quiere ver el problema que tiene con Trump y que prefiere apoyar al dictador criminal de Venezuela, Nicolás Maduro, como dice una cosa, dice otra.
Primero dijo que el asunto del robo de gasolina, se daba dentro de PEMEX (cerca del 80% del robo) y que lo otro era cosa de niños; ya sabe, el pueblo bueno haciendo travesuras con unas mangueritas. Entonces ¿para qué cerró los ductos? Con haber atrapado y encerrado a los responsables que, según él, estaban dentro de la institución y llevando a cabo el robo por años, hubiera sido suficiente.
¡Ah! Pero inteligente como es, salió al siguiente día a decir que los ductos se cerraron porque es ahí donde se hace la ordeña que significa una pérdida millonaria. Entonces ¿dónde estaba el problema? ¿acusó sin pruebas como es su costumbre? o ¿no tenía ni idea de lo que iba a provocar con este acto de autoridad?
Le digo, ese es el verdadero problema, el desabasto de argumentos ¿le digo por qué? Porque así va a estar seis años con problemas tanto o más delicados que este.
¿Y todavía pide paciencia? ¡ufff!
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