Estoy seguro que esto no lo esperaban ni los más fieles adoradores de López Obrador. La incertidumbre ya forma parte de la vida de quienes, inclusive, la política no les interesaba. Al inicio de su gobierno comenzaron las pifias del aeropuerto y quizá eso no alertaba tanto a los desinteresados; pero, cuando la cosa se trasladó al tanque de gasolina de su automóvil, ahí muchos debieron de haber levantado las cejas.
Es como despertar y darse cuenta de que todo era un sueño y que no podemos contar ni con el combustible en esta etapa de la 4T.
Para colmo, a los que nos interesa informarnos sobre las medidas que está tomando el nuevo gobierno, se nos juntan las dudas.
El pejeproa del aeropuerto, la decisión de cerrar los ductos que transportan gasolina para evitar el robo de la misma, sin importar el daño a la población y a la vida productiva del país, las conferencias mañaneras donde siempre se ha de recurrir al pasado para culparlo de todo, pero sin que se mencionen nombres de los responsables y, mucho menos, exista una sola acción por parte de la justicia para meter a los dizque responsables a la cárcel.
Sí, por loco que suene, nuestro presidente se ha pasado más del setenta por ciento de su tiempo en el poder culpando a entes imaginarios de todo y, por lo visto, tratando de arreglar esos asuntos, los complica aún más. Lo peor de todo es que no hay ningún supuesto responsable en la cárcel o siendo investigado; entonces, diría yo, póngase a trabajar para resolver los problemas que nos prometió serían arreglados con su dedito mágico y deje de echarle la culpa a otros, de todas formas no los va a pasar por la justicia.
Así las cosas, no creo que le sea posible mantener a México en calma durante mucho tiempo. Está abriendo todo tipo de frentes en su contra y, lo que es peor, la gente no le va a aguantar por mucho tiempo. Se avistan tiempos muy difíciles para la 4T en el corto plazo.
Si bien los expertos dicen que durante este año sólo habrá incertidumbre económica y crecimiento mediocre, creo que el imponderable puede ser el descontrol social y político que López Obrador está a punto de detonar por su novatez, por su terquedad y por su desprecio a quien opina distinto a él. De ser así, entonces la economía mexicana sufrirá como jamás un experto podría pronosticar.
Y no deje de ver las burlas y provocaciones de Trump hacia el pueblo de México, porque no sólo se le exigirá actuar a López, sino también y derivado de su respuesta, se le podría catalogar de cobarde y traidor a la dignidad e intereses de la nación. Los Estados Unidos son también un factor de desestabilización que AMLO no quiere voltear a ver, como si haciéndolo dejara de existir.
Es como despertar y darse cuenta de que todo era un sueño y que no podemos contar ni con el combustible en esta etapa de la 4T.
Para colmo, a los que nos interesa informarnos sobre las medidas que está tomando el nuevo gobierno, se nos juntan las dudas.
El pejeproa del aeropuerto, la decisión de cerrar los ductos que transportan gasolina para evitar el robo de la misma, sin importar el daño a la población y a la vida productiva del país, las conferencias mañaneras donde siempre se ha de recurrir al pasado para culparlo de todo, pero sin que se mencionen nombres de los responsables y, mucho menos, exista una sola acción por parte de la justicia para meter a los dizque responsables a la cárcel.
Sí, por loco que suene, nuestro presidente se ha pasado más del setenta por ciento de su tiempo en el poder culpando a entes imaginarios de todo y, por lo visto, tratando de arreglar esos asuntos, los complica aún más. Lo peor de todo es que no hay ningún supuesto responsable en la cárcel o siendo investigado; entonces, diría yo, póngase a trabajar para resolver los problemas que nos prometió serían arreglados con su dedito mágico y deje de echarle la culpa a otros, de todas formas no los va a pasar por la justicia.
Así las cosas, no creo que le sea posible mantener a México en calma durante mucho tiempo. Está abriendo todo tipo de frentes en su contra y, lo que es peor, la gente no le va a aguantar por mucho tiempo. Se avistan tiempos muy difíciles para la 4T en el corto plazo.
Si bien los expertos dicen que durante este año sólo habrá incertidumbre económica y crecimiento mediocre, creo que el imponderable puede ser el descontrol social y político que López Obrador está a punto de detonar por su novatez, por su terquedad y por su desprecio a quien opina distinto a él. De ser así, entonces la economía mexicana sufrirá como jamás un experto podría pronosticar.
Y no deje de ver las burlas y provocaciones de Trump hacia el pueblo de México, porque no sólo se le exigirá actuar a López, sino también y derivado de su respuesta, se le podría catalogar de cobarde y traidor a la dignidad e intereses de la nación. Los Estados Unidos son también un factor de desestabilización que AMLO no quiere voltear a ver, como si haciéndolo dejara de existir.
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