En algunos casos, aclaro, se presentan situaciones desagradables en los noviazgos. Frecuentemente, estos están asociados con una actitud violenta por parte del novio o que éste tenga problemas con el alcohol, el tabaco o hasta una droga. Es común que la novia profundamente enamorada, quiera minimizar el problema pensando que, toda vez que su amado la lleve al altar, las cosas van a cambiar para bien.
El problema es que las cosas no cambian después de consumarse el matrimonio; por el contrario, tienden a agravarse.
Dicho lo anterior, me sorprende que el presidente de México se maneje con una fe como la de algunas novias cuando de hablar del pueblo se trata.
En la conferencia del jueves por la mañana por parte del presidente, López Obrador, me llamó la atención no sólo que haya evadido preguntas muy serias como la de la matanza que posiblemente ocurrió el miércoles en Tamaulipas, sino que también insista en las tesis que lo hicieron tan popular en su larga campaña.
AMLO firma, afirma y confirma que el robo de combustible y otros actos de corrupción vienen de unos pocos, mismos que no menciona por su nombre; sin embargo, que el pueblo bueno y sabio sabrá ayudarle para que todos los problemas terminen y vivamos en algo así como un paraíso. Para él, el pueblo (quiero pensar que se refiere a personas) no tiene responsabilidad alguna.
No entiendo la obsesión por escapar de la realidad del presidente de México, lo entendería si siguiera en campaña; pero hoy, tienen todos nuestros problemas sociales, económicos, laborales, educativos y de seguridad en sus manos. Es deseable que se enfrente ya a la verdad de las cosas.
Una de ellas, es no querer imponer su imaginación a toda la población en esto de que todas las personas son buenas, víctimas y que siempre se portan bien.
Probablemente él no lo sepa o no lo quiera reconocer, pero entre las personas que roban combustible a PEMEX, los que descarrilan trenes y quienes cometen otro tipo de delitos, se encuentran las personas que conforman ese pueblo que él dice que es bueno. Pueblos y municipios completos se dedican a delinquir, está documentado rigurosamente.
Recordar que por muchos años todos hemos sido parte de un maroma para evadir el trámite, la infracción de tránsito, el pago de impuestos y agréguele lo que usted quiera.
Eso de que todos somos buenos, buenos, buenos, lo que se dice buenos… lo dudo. Hay que hacerle saber al presidente que si sigue pensando así, el pueblo bueno se lo va a llevar al baile, con todo y 4T.
Por cierto, una buena parte de ese pueblo que él tanto ama y defiende, está sufriendo las consecuencias con la falta de combustible derivada de una nula planeación. Sin embargo, parece que al presidente le importa poco ¿le importó cuando cerró Reforma? no, por qué habría de importarle ahora. Que se joda el pueblo bueno.
Twitter: @adejorge
El problema es que las cosas no cambian después de consumarse el matrimonio; por el contrario, tienden a agravarse.
Dicho lo anterior, me sorprende que el presidente de México se maneje con una fe como la de algunas novias cuando de hablar del pueblo se trata.
En la conferencia del jueves por la mañana por parte del presidente, López Obrador, me llamó la atención no sólo que haya evadido preguntas muy serias como la de la matanza que posiblemente ocurrió el miércoles en Tamaulipas, sino que también insista en las tesis que lo hicieron tan popular en su larga campaña.
AMLO firma, afirma y confirma que el robo de combustible y otros actos de corrupción vienen de unos pocos, mismos que no menciona por su nombre; sin embargo, que el pueblo bueno y sabio sabrá ayudarle para que todos los problemas terminen y vivamos en algo así como un paraíso. Para él, el pueblo (quiero pensar que se refiere a personas) no tiene responsabilidad alguna.
No entiendo la obsesión por escapar de la realidad del presidente de México, lo entendería si siguiera en campaña; pero hoy, tienen todos nuestros problemas sociales, económicos, laborales, educativos y de seguridad en sus manos. Es deseable que se enfrente ya a la verdad de las cosas.
Una de ellas, es no querer imponer su imaginación a toda la población en esto de que todas las personas son buenas, víctimas y que siempre se portan bien.
Probablemente él no lo sepa o no lo quiera reconocer, pero entre las personas que roban combustible a PEMEX, los que descarrilan trenes y quienes cometen otro tipo de delitos, se encuentran las personas que conforman ese pueblo que él dice que es bueno. Pueblos y municipios completos se dedican a delinquir, está documentado rigurosamente.
Recordar que por muchos años todos hemos sido parte de un maroma para evadir el trámite, la infracción de tránsito, el pago de impuestos y agréguele lo que usted quiera.
Eso de que todos somos buenos, buenos, buenos, lo que se dice buenos… lo dudo. Hay que hacerle saber al presidente que si sigue pensando así, el pueblo bueno se lo va a llevar al baile, con todo y 4T.
Por cierto, una buena parte de ese pueblo que él tanto ama y defiende, está sufriendo las consecuencias con la falta de combustible derivada de una nula planeación. Sin embargo, parece que al presidente le importa poco ¿le importó cuando cerró Reforma? no, por qué habría de importarle ahora. Que se joda el pueblo bueno.
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