¿Todos los días?

¿Todos los días?
López Obrador, presidente de México, ha retomado la costumbre que tenía cuando fue Jefe de Gobierno de la ciudad de México: conferencia de prensa a las siete de la mañana, todos los días ¿todos los días? Sí, ¡todos los días!

Con su hablar lento y somnífero, le puedo adelantar lo que dirá todos los días de los largos 5 años y diez meses que le quedan como presidente: todo lo que él hace está bien, todos los que lo critican están mal y el país ya está mejor que antes. Punto.

Ahórrese esa inútil práctica bajándole el volumen a su radio o programando una hora de música, ya ve que ahora con los teléfonos inteligentes es muy fácil. Relájese, porque de esas conferencias no saldrá nada bueno. Es un narcisismo terrible.

No entiende que el presidente está para trabajar arreglando los problemas que tanto nos aquejan y no para inundar con su imagen todas las radios, portales digitales, periódicos y televisiones del país. Pero le digo, es su espejito, al cual le habla y se responde solito.

Tampoco entiende que la sobreexposición termina por hartar a la gente, es el efecto contrario a lo que se busca. Lo van a terminar vomitando.

Entre el tiempo que se gastará dando explicaciones no pedidas (puesto que lo que queremos es ver resultados) y los traslados en avión comercial, la verdad es que no sé cuándo se va a poner a trabajar.

A menos que, como lo sabe hacer muy bien, se dedicará a hacer campaña para dentro de tres y seis años y mientras, el país seguirá igual.

Twitter: @adejorge


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