Si no supiéramos que el pasado no siempre fue mejor.
Si no supiéramos que el asistencialismo nunca acaba la pobreza.
Si no supiéramos que viajar en un auto modesto no es señal de humildad.
Si no supiéramos que para él la Democracia es organizar consultas a modo para imponer su voluntad.
Si no supiéramos que durante su gestión como Jefe de Gobierno del Distrito Federal ocultó los manejos del dinero de los segundos pisos y aumentó considerablemente la inseguridad.
Si no supiéramos que los fajos de billetes que recogió Bejarano en su nombre, llegaron a él.
Si no supiéramos que, a pesar del daño económico que pagaremos todos, canceló un proyecto eficaz, rentable, moderno e imprescindible como el NAIM.
Si no supiéramos que los aviones no se repelen en el aire y que el capricho y el berrinche son los que lo mueven a tomar decisiones.
Si no supiéramos que su civilidad democrática y la de sus seguidores depende de que él sea el ganador.
Si no supiéramos hacer sumas y restas como para entender que el dinero no alcanza para todo.
Si no supiéramos que luego de decir ‘qué’, forzosamente debe de ir precedido por un ‘cómo’.
Si no supiéramos que, detrás de ese discurso de concordia y unidad, ha provocado durante décadas la polarización y el enfrentamiento entre mexicanos.
Si no supiéramos la biografía de muchos que lo acompañan en su intento por convertir el infierno social que contribuyó a generar, en un paraíso.
Si no supiéramos de los insultos que ha proferido a quienes no piensan como él y hoy sale con que les ofrece garantías para expresarse libremente.
Si no supiéramos de todas las cosas que prometió en campaña, como la de retirar al ejército de las calles y antes de llegar a la presidencia formalmente, anunció una militarización más profunda del país. Es decir que, como dice una cosa, dice otra.
Si no supiéramos que, lo suyo, lo suyo, es el show.
En síntesis: si no lo conocieramos, le creeriamos... aunque sea un poquito.
Twitter: @adejorge
Si no supiéramos que el asistencialismo nunca acaba la pobreza.
Si no supiéramos que viajar en un auto modesto no es señal de humildad.
Si no supiéramos que para él la Democracia es organizar consultas a modo para imponer su voluntad.
Si no supiéramos que durante su gestión como Jefe de Gobierno del Distrito Federal ocultó los manejos del dinero de los segundos pisos y aumentó considerablemente la inseguridad.
Si no supiéramos que los fajos de billetes que recogió Bejarano en su nombre, llegaron a él.
Si no supiéramos que, a pesar del daño económico que pagaremos todos, canceló un proyecto eficaz, rentable, moderno e imprescindible como el NAIM.
Si no supiéramos que los aviones no se repelen en el aire y que el capricho y el berrinche son los que lo mueven a tomar decisiones.
Si no supiéramos que su civilidad democrática y la de sus seguidores depende de que él sea el ganador.
Si no supiéramos hacer sumas y restas como para entender que el dinero no alcanza para todo.
Si no supiéramos que luego de decir ‘qué’, forzosamente debe de ir precedido por un ‘cómo’.
Si no supiéramos que, detrás de ese discurso de concordia y unidad, ha provocado durante décadas la polarización y el enfrentamiento entre mexicanos.
Si no supiéramos la biografía de muchos que lo acompañan en su intento por convertir el infierno social que contribuyó a generar, en un paraíso.
Si no supiéramos de los insultos que ha proferido a quienes no piensan como él y hoy sale con que les ofrece garantías para expresarse libremente.
Si no supiéramos de todas las cosas que prometió en campaña, como la de retirar al ejército de las calles y antes de llegar a la presidencia formalmente, anunció una militarización más profunda del país. Es decir que, como dice una cosa, dice otra.
Si no supiéramos que, lo suyo, lo suyo, es el show.
En síntesis: si no lo conocieramos, le creeriamos... aunque sea un poquito.
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