Esta nueva propuesta del presidente de México busca entre otras cosas, mejorar la calidad educativa en todos los niveles, a través de un trabajo conjunto entre los propios maestros, las autoridades y un consejo de especialistas, para determinar cuáles son los modelos adecuados a seguir dada la realidad del país.
También busca convertir a la “educación pública, gratuita y de calidad en todos los niveles escolares”, según dijo AMLO, con lo cual las condiciones tanto para los alumnos como para los maestros, pueden mejorar en muchos sentidos.
Pero hay dos puntos importantes en su propuesta. Una es el hecho de que los maestros tendrán la obligación de capacitarse para aspirar a mejores salarios y puestos –cosa que ya sucedía antes de la reforma-, pero lo más importante, es que se reconoce al docente como “agente de cambio” en México y se garantizan sus empleos, a través de un nuevo servicio de carrera profesional del magisterio.
El hecho de aceptar y reconocer la valía y la trascendencia que tienen los maestros en la sociedad, es algo que con el paso de los años se ha ido perdiendo. Antes eran la máxima autoridad moral y tenían una influencia profunda entre las familias; pero ahora se han convertido en una figura de “autoridad” –que como en casi todos los casos- ya no representan nada ni generan respeto.
Si logran retomar esta jerarquía social, seguramente se podrá avanzar en la formación de los niños y más allá de la cuestión académica, tiene más que ver con la transmisión de ciertos valores que han dejado de ser importantes dado el contexto actual de violencia, inseguridad y decepción generalizada.
Pero otro punto importante es el hecho de que el gobierno busca garantizar que todos los jóvenes tengan una oportunidad para estudiar a nivel superior y lo puedan hacer asegurándoles un sitio en alguna institución universitaria.
En el ciclo de selección 2018 y según cifras oficiales, 7 de cada 10 aspirantes se quedaron sin un espacio en las universidades públicas y en conjunto, rechazaron a más de 420 mil jóvenes que buscaban un lugar; pero destaca la UNAM, que tuvo 250 mil 692 aspirantes y solo recibió a 23 mil 324 ingresos.
Según AMLO, “en el período neoliberal, una de las características lamentable fue que año con año se rechazaban a miles de jóvenes que no podían estudiar con la mentira, con el pretexto de que no pasaban el examen de admisión”.
Pero señaló que “eso no es cierto, las universidades públicas no contaban con el presupuesto suficiente”, por lo que con este nuevo modelo educativo, en teoría ya no tendría que pasar esto y entonces las instituciones de educación superior, tendrán la capacidad financiera para atender todas las demandas.
Pero que esto no se mal entienda, ya que no significa que la UNAM por ejemplo, vaya a aceptar a todos los aspirantes, sino que los que no se queden en esa universidad, tendrán opciones para ingresar a otras donde más le convengan y con esto garantizan el acceso de todos los jóvenes a la educación superior.
“Es un plan con un proceso de aplicación a partir de destinar cada vez más recursos y que no haya rechazados, que todos los jóvenes que quieran ingresar en el nivel medio superior y en el nivel superior, tengan la oportunidad de estudiar”, dijo AMLO.
Sin duda es una propuesta interesante, pero habrá que esperar un tiempo razonable para ver los cambios. No será fácil ni rápido, pero si se consolida, no solo habrá más espacios sino calidad educativa, una combinación que hace muchas décadas no vemos.
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