La causa de los dientes sensibles es el desgaste del esmalte dental (por diversos factores) y, por ello, es más fácil que la sensación de frío o calor llegue hasta las capas del diente que tienen nervios y vasos sanguíneos, generando hípersensibilidad y malestar.
La buena noticia es que puedes ponerle freno a la sensibilidad dental y consumir bebidas o alimentos sin importar si son calientes o fríos... ¿Cómo? Con estos 3 remedios caseros. ¡Ponlos a prueba!
Remedio 1
En un refractario vierte media cucharada de bicarbonato de sodio , una taza de agua y revuelve. Haz gárgaras con la mezcla, mínimo tres veces al día.
Remedio 2
Tritura un ajo, vacía en un molde y mezcla con una cucharada de agua y media cucharada de sal de mar. Aplica sobre tus dientes, deja actuar 10 minutos y enjuaga con agua.
Remedio 3
Vierte una cucharada de pimienta cayena en un vaso de agua y revuelve. Haz gárgaras con la fórmula al menos tres veces al día.
Sin importar cuál sea el remedio que elijas, úsalo diario durante un mes y podrás comer lo que quieras sin el mínimo dolor de dientes. ¡Garantizado!
Vía: Salud180.
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