Paradigmas

Paradigmas
Es un gusto saludarle nuevamente estimado lector, y darle la bienvenida a la inauguración de este espacio de reflexión que lleva por nombre “Nuevos y viejos paradigmas”. Es algo así como la tercera época para este aficionado al análisis político, que inició el 6 de enero del año en curso, con algunos ensayos sobre el proceso electoral qué, una vez concluido, dio paso a “La Cuarta República” -una serie de reflexiones sobre la cuarta transformación-.

“La Cuarta República” se integró por alrededor de 16 ensayos, en los que se expone una serie de reflexiones sobre la transformación institucional que pudiera ser encabezada por el presidente, o por la clase política en su conjunto. Constituyen una propuesta, en la que se confía la transformación del país, al buen oficio político de los hombres. ¿Pero si no funcionara ésta u otras reformas que eventualmente se diseñaran, qué pasaría?

Bueno, pues si no funcionaran o estuvieran destinadas al fracaso, -como ha sucedido a lo largo de nuestra historia-, trataríamos de exponer algunos elementos que diferencian a las democracias exitosas, de aquellas que fracasan sistemáticamente; y también, trataríamos de ir dando elementos al lector para qué, -desde la cancha del ciudadano-, haga su parte, y para ello, requerimos nuevos (o de tan antiguos, ya olvidados) marcos de referencia.

Por otra parte, además de la búsqueda de alternativas con nuevos –o antiguos- enfoques, que permitan construir un régimen exitoso desde la parte de los gobernados, eventualmente el trabajo de la columna trataría de ser completado con el análisis de coyuntura en temas específicos.

Dicho lo anterior, empecemos la reflexión, analizando la cuestión sobre los “paradigmas”.

Originalmente, la palabra “paradigma” fue usada como un término científico, pero en la actualidad se emplea de manera general, además de ejemplo o modelo, como teoría, percepción, supuesto, marco de referencia, prototipo, esquema y en ocasiones también es usado como sinónimo de sistema.

Para la fuente más accesible a todo público, Wikipedia, de manera sencilla y genérica el concepto de paradigma es usado como sinónimo de “ejemplo” o “algo que se toma como modelo”. Para Raimon Samso, ese “modelo” es un patrón mental; la visión con la que una persona o comunidad percibe la realidad.

Para Yuri Serbolov los paradigmas son instrumentos que nos ayudan a ver la realidad, a entenderla, a guiarnos en ella y a tomar decisiones; los modelos no son la realidad, así como el mapa no es el territorio, pero son los anteojos que nos permiten ver la realidad, comprenderla.

En cualquiera de los conceptos enunciados, para efectos prácticos, diremos que los paradigmas establecen reglas, señalan cómo se deben hacer las cosas, pero a la vez, limitan el pensamiento: nada debe salir del marco de referencia, de la teoría, del prototipo o modelo, y en consecuencia, en no pocas veces, cuando la naturaleza de los acontecimientos cambia, nuestros paradigmas establecidos ya no sirven para interpretar, entender y comprender la realidad.

Cuando nuestros paradigmas ya no sirven para entender lo que sucede, se requiere de la búsqueda –incluso retrospectiva-, diseño e instrumentación de otros paradigmas. Para el mencionado Serbolov, los hombres que son capaces de entender y ver las limitaciones de su paradigma, están en condiciones de rediseñar y/o diseñar, nuevos paradigmas, y convertirse en los triunfadores del tercer milenio.

Ahora que ya precisamos la idea sobre los paradigmas, cabe señalar que en el caso de México, el o los paradigmas que de manera general se venían utilizando para explicar los acontecimientos políticos, ya no funcionan de manera óptima, por ende, a nuestro juicio, hay que cambiar el modelo.

También, parece importante mencionar, que si por más de dos siglos nuestra instituciones han fracasado sistemáticamente, no se ve porqué ahora tendría que ser diferente, si no hemos cambiado de paradigma. ¿Cuál es el marco de referencia o algún elemento del mismo, que permitiera construir sistemas políticos exitosos?

Unos u otros, serán materia de trabajo, análisis, y búsqueda de este espacio. Lo invito cordialmente a que me acompañe, y juntos, hagamos esta tarea.

Nos leemos la próxima semana.


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