¿Coinciden en muchas cosas? Por supuesto, pero en mucho coincidimos usted y yo, o un español y un chino o un argentino y un ruso. Pero AMLO y Trump no son lo mismo, ni llegaron al poder por las mismas circunstancias ni por biografías similares. El verdadero Trump mexicano apenas se está gestando y estará listo para el próximo sexenio, si el presidente actual no lo detiene.
Todo depende del éxito de AMLO para que la sociedad mexicana abra o cierre el paso a un patán del tamaño del que ocupa la Casa Blanca (la de allá) en la actualidad.
El verdadero peligro para México, considerando el mundo anclado en el pasado que habita nuestro presidente, que ve cosas que no vimos ni vivimos el resto de los mortales, es que el fracaso está más cerca de lo que él mismo cree.
Se empeñó en prometer lo imposible, ignorando todos los factores que lo limitan y, en muchas ocasiones, le darán una lección de humildad.
En su toma de protesta, increíblemente, se dedicó a reafirmar lo que prometió, sin mesura, sin cálculo, sin aceptar que hay límites y que ahora todo está anotado por parte de quienes le cobrarán hasta la última palabra. Para él no habrá perdón ni olvido, para nosotros, no habrá red de protección en este salto al abismo.
Sí, no debe, ni puede fallarnos ¿pero sabe qué? después de las expectativas que, irresponsablemente, no sólo creó, sino que sigue sosteniendo habiendo ya ocupado la silla presidencial, lo más seguro es que nos falle.
Entonces sí, espere al Trump mexicano. Si no me cree, voltee a ver la historia reciente de Brasil.
Twitter: @adejorge
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