El bar Sa Trinxa está en una de las playas de arena blanca que caracteriza a Ibiza. Durante el verano, las hojas de palmera cuelgan del techo, la música vibra en los altavoces y los jóvenes se acercan para almorzar tarde y beber cerveza fría.
Pero al igual que otros muchos locales al aire libre de la isla española, el Sa Trinxa recientemente se vio obligado a ajustarse a nuevas y estrictas regulaciones.
Al bar le informaron que tiene que bajar el volumen de la música e instalar un limitador para controlarlo.
¿Cuánto tiempo y a qué volumen puedes escuchar música sin dañar tu oído?
"La gente viene aquí por la música", dice Álvaro, el gerente del establecimiento.
"Me gustan los lugares tranquilos en mi día libre, pero esto es Sa Trinxa...", dice.
Las autoridades de Ibiza establecieron que la música en lugares al aire libre debe estar limitada a los 65 decibelios (db), un poco más fuerte que una conversación normal pero más silencioso que la mayoría de las aspiradoras.
Álvaro lleva trabajando en el Sa Trinxa 12 años. Andreas Simon forma parte de un colectivo llamado Música Sí, organizado para luchar contra los cambios.
Me muestra un video que el grupo está compartiendo en redes sociales. Destaca que la media del ruido producido por el tráfico es de 70 dB, mientras que el aterrizaje de un avión alcanza un volumen de 110 dB.
Simon cuenta que las autoridades instalaron un limitador de música en un bar de playa en la ciudad de San Antonio un día a las 7 de la mañana.
Aunque el bar estaba vacío y la música apagada, el limitador mostró una lectura de 72 dB. "El propietario preguntó: 'Entonces, ¿a quién vas a multar, al mar, a las olas o al viento?'".
Simon dice que el enfoque de regulación general no funciona. "Lo que pedimos es una solución específica para cada lugar. (Si) Un lugar no tiene vecinos, puede tener música más alta", propone.
"El gobierno aquí quiere que la gente entienda la música como ruido. La música no es ruido, la música es una parte de la cultura. Tiene que haber una solución razonable porque sin música, esta isla está muerta", afirma.
Marta, una DJ de Ibiza que actúa bajo el nombre de Hofmann Lalióparda, está de acuerdo.
Dice que los pequeños locales al aire libre localizados lejos de áreas residenciales no deberían ser objeto de las mismas reglas que los grandes clubes como el Ushuaïa.
"Quieren pararlo todo", dice. "Pero estamos reuniendo diferentes grupos para unir fuerzas. Músicos, pintores y personas que aman las artes. Vamos a luchar contra estas reglas que se nos imponen".
Fiestas ilegales
El año pasado, 3,2 millones de turistas visitaron Ibiza. En las cuatro islas baleares -Ibiza, Formentera, Mallorca y Menorca- el turismo representa un 45% del PIB y un tercio de los puestos de trabajo.
Pero el equilibrio entre el sector turístico y las necesidades de los residentes locales es cada vez más difícil.
Para la coalición socialista que llegó al gobierno del ayuntamiento de Ibiza en 2015, la contención del turismo era fundamental en su programa electoral.
El turismo representa casi la mitad de la economía de Ibiza, aunque el número de visitantes cayó ligeramente este verano.
Para Vicente Torres Ferrer, el director general de Turismo de Ibiza, no hay problema con la música alta en los clubes cerrados. De hecho, él cree que Ibiza tiene "las mejores discos del mundo".
Pero el funcionario considera que cuando se habla de bares al aire libre, debe tenerse en cuenta a los ciudadanos.
"Sabemos que la música es muy importante para nuestra oferta en Ibiza, no queremos eliminarla. El problema llega cuando tenemos fiestas ilegales en villas privadas o música hasta muy tarde en lugares abiertos", explica.
Torres Ferrer dice que los equipos de audio modernos pueden ayudar a mantener la música en los bares a un volumen más bajo.
"Si tienes una terraza y solo tienes un altavoz colgado de una pared, tienes que tener la música muy alta para que llegue a la última mesa. Pero si tienes cuatro altavoces colocados de cierta forma, entonces la música no se pierde. Puedes escuchar la música, pero está muy baja", dice.
Se están realizando otros cambios para atenuar la imagen de la isla como gran destino de fiesta. Por ejemplo, los bares en la zona conocida como el "West End" de San Antonio ahora cierran a las 3:00 de la mañana, en lugar de a las 5:00 como antiguamente.
Para algunos, el cierre más temprano de algunos bares causa más problemas de los que resuelve.
"Un cierre más temprano no significa que San Antonio no quiera vida nocturna. Si quieres continuar con la fiesta, puedes ir a las discotecas y continuar allí", dice Torres Ferrer.
Pero muchos dicen que el cierre más temprano solo empuja a los juerguistas a las calles, y el verdadero problema con San Antonio es la falta de policías.
Carlos es un taxista ibicenco. "Hay muchos vendedores de drogas y no hay suficientes policías en la calle", dice.
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Martin Makepeace concuerda. Él se mudó a Ibiza desde Reino Unido en 1991 y se describe a sí mismo como un prominente empresario del área de San Antonio.
"(Cerrar los bares más temprano) Causa más problemas de los que resuelve. Lleva a miles de personas a las calles más temprano. Y, al final, el problema es el crimen en las calles", dijo.
Le pregunto sobre los reportes de prostitución y atracos en San Antonio.
"Es verdad. Hay bandas que intentan causar este tipo de problemas", dice, pero argumenta que sería fácil para las autoridades acabar con este comportamiento si quisieran.
Ibiza necesita equilibrar las necesidades de los turistas con las de los residentes, dice Martin Makepeace.
"Diez policías más en la calle cada noche resolverían más o menos cualquier cosa, pero desafortunadamente no pueden hacer eso".
Recortes
Entonces, ¿por qué no hay más policía? El director de Turismo de Ibiza, Torres Ferrer, culpa directamente al anterior gobierno central de Madrid y a los recortes presupuestarios aplicados por el expresidente del gobierno, Mariano Rajoy, a raíz de la crisis financiera de 2008.
"Tuvimos este problema económico en todo el mundo, pero España en particular tuvo un problema enorme", explica, "así que aplicaron restricciones muy fuertes para contener el gasto de las administraciones públicas".
Ibiza pidió al nuevo gobierno de Madrid, igualmente socialista, que permita más gasto en servicios básicos y emplear a más policías.
La isla también tomó medidas enérgicas contra algunos alojamientos, en un intento por controlar los elevados costos de alquiler.
Ahora, los turistas solo podrán alquilar viviendas si los propietarios de las mismas obtienen una licencia.
¿Éxodo de la isla?
A pesar de los cambios, existen presiones para que se haga más. Un grupo local llamado Prou! -¡Basta! en catalán- tiene 8.000 miembros de Facebook.
El grupo quiere "defender y proteger" Ibiza del turismo masivo y el crimen, la construcción ilegal y el daño ambiental que, dice, viene con él.
Algunos residentes ya están perdiendo la cabeza. El taxista Carlos dice que algunos de los 140.000 residentes permanentes de Ibiza están considerando dejar la isla.
"Muchos locales que llevamos viviendo aquí al menos 40 años estamos pensando en irnos porque no nos gusta Ibiza para nuestros hijos", dice.
En los últimos 10 años, muchos dejaron Ibiza para empezar una vida nueva en Mallorca o en la península, agrega.
Los cambios en las regulaciones sobre la música en los lugares al aire libre, los horarios o los alquileres están teniendo un efecto: el número de turistas bajó un 4% en el mes de julio y un 3% en el de agosto en comparación con el año pasado.
Martin Makepeace dice que la isla está lidiando con el viejo problema de cómo equilibrar las necesidades de los residentes con las de los turistas.
"Es la situación del huevo y la gallina. Sin los residentes, no tienes turistas; sin turistas, no tienes residentes. Tenemos que llegar a un punto medio", concluyó.
Vía: El Universal.
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