Todos los acontecimientos anteriormente expuestos han sacado lo peor de nosotros, si bien no es bueno generalizar, la mayor parte de la población ha emitido opiniones nada alentadoras, ya ni siquiera hablemos de la empatía, porque lejos de ser una sociedad empática con los demás, somos más bien individualistas, egoístas. No importa que los demás estén sufriendo, solo nos interesa nuestro bienestar y el de los más cercanos.
Dentro de todo lo que ha sucedido en estas últimas semanas he podido leer comentarios hirientes y dolorosos. En el caso de los feminicidios, la culpa siempre recae en la víctima, se le adjudica la culpa por la forma en cómo iba vestida, por salir sola o de noche, por no ser recatada o no quedarse callada. Desde hace varios años ya, a las mujeres que han sido asesinadas se les culpabiliza, como si ellas hubieran salido a las calles con un letrero que incitara a que las violentaran.
El caso de las encuestas ciudadanas no se ha quedado atrás en cuestión de exponer ciertos aspectos oscuros de la sociedad, el continuo ataque de los simpatizantes de Andrés Manuel en contra de la derecha mexicana y viceversa, o como a entre ellos les encanta llamarse: los chairos contra los derechairos. No está mal que ellos busquen defender su posición, al final de cuentas lo que ya no va, son las continuas descalificaciones de ambos bandos, esos "opinólogos" que sólo saben expulsar palabras altisonantes y nada de argumentos, ¿quién los dijo que eso es debatir?
Seguimos con el pan nuestro de cada día, para todos los que vivimos en el triángulo rojo y más zonas golpeadas por el crimen organizado, aunque más que hablar del tema de la empatía y la tolerancia, está algo aún peor, la normalización y engrandecimiento por este tipo de actividades, cuando muchas personas, jóvenes en su mayoría, comienzan a tomar actitudes criminales, aunque no pertenezcan a un grupo criminal y comienzan a defender este tipo de ideología.
Pero hay un tópico aun mayor que nos ha mostrado a los mexicanos como unos monstruos ante los ojos del mundo: El tema de los migrantes y las caravanas centroamericanas ha sido un fenómeno social e histórico tan grande que sacó ambas partes extremas de la sociedad mexicana, por un lado los que se han solidarizado con estas personas y la otra que mostró a una sector social xenófobo y racista, esos que hasta hoy siguen pidiendo que se les expulse a los migrantes, porque seguramente se van a quedar a vivir a expensas de México, como si México fuera un país soñado para sobresalir y tener una vida digna para todos.
Existen temas como los anteriores que incendian, principalmente a las redes sociales; temas que segmentan a la sociedad, estar segmentado no es del todo malo, al contrario, representa diversidad, pero todo lo positivo que podría tener esto, se desmorona cuando lejos de llegar un diálogo todo se descontrola y solo se busca tener la razón, no importa cómo, solo importa restregarle en la cara al otro que su razón es más poderosa. La mayoría de estas veces los que defienden su postura solo se enfocan a descalificar al otro, lo llaman ignorante, vendido, indio, jodido y más adjetivos que dan pena ajena, estas personas están lejos de formular un argumento válido y congruente, la violencia siempre es su salida más cercana.
¿Quieren otro ejemplo de deshumanización? Aunque este no es un fenómeno que se esté dando solamente en México, existe un ejemplo reciente sobre la poca empatía de los mexicanos. Este es el caso del asesinato de Valeria Medel, hija de la diputada federal por MORENA, Carmen Medel Palma. El día del asesinato de Valeria su madre fue notificada en plena sesión en el congreso, al enterarse la diputada soltó en llanto para después verse en un crisis emocional, algunos de sus compañeros pidieron apoyo, otras trataron de apoyarla, ¿pero qué hizo la gran mayoría? Se limitó a tomar fotografías, a filmar el video y cubrir el suceso para sus redes sociales.
A ese grado de deshumanización hemos llegado, lo peor de todo es que parecer ser solo el principio de algo que difícilmente cederá.
Por fortuna, no todos son así, existen muchos que ayudan y no andan pelando con todo el mundo queriendo imponer su posición, se limitan a ser tolerantes y a tender la mano con los necesitados, sí, tal vez sean minoría, pero esa minoría representan la esperanza de que al final no todo puede estar tan mal.
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@deysi_sh
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