No era cuestión de sincronismo
sangre bañando la memoria
herencia nativa de Mesoámerica
dolor trascendental en la historia
El día para cambiar el rumbo del país
era mi raza mestiza a pie de guerra
eran fuertes en mente,
pero de sueños más fuertes
utopía enaltecida, enfurecida
Guerreros de sangre valiente
luchadores del compañerismo, hermanados,
defensores de derechos, casi humanos
amantes y amorosos de un mundo mejor
Fatídico día, una cita; el mitin... sin miedo
cientos de seguidores de la doctrina
mentes fecundadas por idealismo
y el fantasma que les hacía compañía
Promesas de esperanza y un mejor futuro
andanzas de primer mundismo
tan próximas las olimpiadas,
tantas expectativas, fe e ilusión
México despertó en un mal momento
una bengala, guantes blancos
y detrás, una lluvia de plomo crujió
gritos, llanto, muerte... la puerta del infierno se abrió
El cielo escupió centenas de balas
hombres, eran solo niños, cayeron
tanques, francotiradores, no sé tantos de dónde salieron
soldados, que por órdenes de "el simio"
en asesinos se convirtieron
Fue un 2 de octubre del siglo XX, recuerdo,
hombres y mujeres, los estudiantes desaparecieron
enterrados en fosas comunes, en infames agujeros
decenas de almas se desvanecieron
Al otro día la sangre se barria como en cualquier matadero
desaparecer evidencias era la orden de Díaz Ordaz
callar a todos, vecinos y extraños, nadie vio nada fuera de lo normal,
silencio absoluto, veneno y desahucio para aquel delator
Pero a las madres no pudieron callar
los padres murieron con dolor palpitante en el pecho
y los compañeros sobrevivientes, en escrituras sagradas se volvieron,
permanecieron, secreto a voces, y el tiempo habló
La verdad siempre se supo, la historia no los olvidó
la herida sigue abierta y sangrante
los años y las excusas solo le han servido al delator
y la realidad nos sigue atormentando, ¡cuánto dolor!
50 años ya han pasado, tan cerca están,
medio siglo en que este país sigue penando
me duele la historia, la apatía, el espiral
historia vigente, pesadilla, repetición ancestral
Tlatelolco, tan lleno de dolor, de injusticia, de desolación.
1968, doloroso, penumbra cadavérica,
pero mañana será otro 3 de octubre
y una vez más: "será un día soleado"...
... pero no habrá salido el sol.
sangre bañando la memoria
herencia nativa de Mesoámerica
dolor trascendental en la historia
El día para cambiar el rumbo del país
era mi raza mestiza a pie de guerra
eran fuertes en mente,
pero de sueños más fuertes
utopía enaltecida, enfurecida
Guerreros de sangre valiente
luchadores del compañerismo, hermanados,
defensores de derechos, casi humanos
amantes y amorosos de un mundo mejor
Fatídico día, una cita; el mitin... sin miedo
cientos de seguidores de la doctrina
mentes fecundadas por idealismo
y el fantasma que les hacía compañía
Promesas de esperanza y un mejor futuro
andanzas de primer mundismo
tan próximas las olimpiadas,
tantas expectativas, fe e ilusión
México despertó en un mal momento
una bengala, guantes blancos
y detrás, una lluvia de plomo crujió
gritos, llanto, muerte... la puerta del infierno se abrió
El cielo escupió centenas de balas
hombres, eran solo niños, cayeron
tanques, francotiradores, no sé tantos de dónde salieron
soldados, que por órdenes de "el simio"
en asesinos se convirtieron
Fue un 2 de octubre del siglo XX, recuerdo,
hombres y mujeres, los estudiantes desaparecieron
enterrados en fosas comunes, en infames agujeros
decenas de almas se desvanecieron
Al otro día la sangre se barria como en cualquier matadero
desaparecer evidencias era la orden de Díaz Ordaz
callar a todos, vecinos y extraños, nadie vio nada fuera de lo normal,
silencio absoluto, veneno y desahucio para aquel delator
Pero a las madres no pudieron callar
los padres murieron con dolor palpitante en el pecho
y los compañeros sobrevivientes, en escrituras sagradas se volvieron,
permanecieron, secreto a voces, y el tiempo habló
La verdad siempre se supo, la historia no los olvidó
la herida sigue abierta y sangrante
los años y las excusas solo le han servido al delator
y la realidad nos sigue atormentando, ¡cuánto dolor!
50 años ya han pasado, tan cerca están,
medio siglo en que este país sigue penando
me duele la historia, la apatía, el espiral
historia vigente, pesadilla, repetición ancestral
Tlatelolco, tan lleno de dolor, de injusticia, de desolación.
1968, doloroso, penumbra cadavérica,
pero mañana será otro 3 de octubre
y una vez más: "será un día soleado"...
... pero no habrá salido el sol.
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