Bien, gracias a la composición biológica de nuestro cerebro, el cual tiene 3 capas y una de éstas es el sistema límbico (donde se procesan las emociones), inevitablemente no podríamos ni en un millón de años dejar de ser y comportarnos de manera tan emocional, así que lo único que nos resta es delimitar que tanto vamos a permitir que esto maneje nuestros días, y claro, en el peor de los casos, afectarnos el resto de nuestra vida.
Ser emocional no es malo, cuando por ejemplo se vive un duelo y llorar, puede aliviar la tristeza que se lleva dentro del alma, entonces esto realmente se torna incluso realmente necesario y hasta saludable.
La gran mayoría de las personas realmente no están conscientes de cuán emocionales pueden llegar a ser, la realidad es que no existe una especie de barómetro (aunque nos gustaría) que ayude a decirnos qué tanto es deseable o no ser emocional, o hasta qué punto esto podría empezar a deteriorar nuestro bienestar y entonces tener la oportunidad de tomar la decisión de hacer algo al respecto.
Si las personas no logran ver la afectación que el mal manejo de sus emociones les regala, mucho menos podrían ver cómo canalizan la supuesta liberación de éstas de manera inadecuada, es decir, cuando los individuos no trabajan sus “issues existenciales”, de manera inadvertida buscarán el “ajustar” de manera temporal sus carencias en actividades repetitivas que al final resultan ser altamente nocivas, pues la constante es el exceso en la práctica de éstas, por lo tanto, el énfasis se torna tal que desajusta el equilibrio e importancia del resto de las actividades en su vida diaria, e incluso merma los lazos en sus relaciones personales.
La pregunta para ti es: ¿Y tú cómo llenas tus vacíos?, ¿eres de los que trabajas todo el día en tu oficina, llegas a casa y te inventas que más avanzar o crear?, ¿o eres de los que constantemente tienes antojos tan diversos y contrastantes, y claro, te cumples todos tus caprichos hasta cierto punto desmedido que hasta has cambiado de talla, y por esto tienes que cambiar ya todo tu closet completo?, quizás seas de los que llegan al casino desde la hora de la comida y te vayas hasta que casi te corran, tal vez lo tuyo sea andar de compras los más de los días en las tiendas buscando que más te falta cuando es obvio que tienes más de 100 pares de zapatos y sólo usas tus favoritos siempre, puede que seas de los que se la vive de fiesta y con los amigos en los bares socializando y tomando hasta que ya no sabes ni cómo llegaste a tu casa, podrías ser tú una de esas personas que no se despega de algún dispositivo electrónico todo el día, llámese tu móvil, tu portátil, la tv viendo series todo el día, o finalmente podríamos meterte a una competencia a ver quién duerme más y seguro hibernarías por más tiempo que un oso.
Bien, puedes estar pensando que estas actividades no tienen nada de malo, y estás en lo cierto, pero cuando esto se vive los más de los días o ¡todos los días!, entonces tú sí que estás evadiendo algo que es fundamental trabajar, que te lastima y no has querido resolver.
¡Una cosa es segura: Estás empleando la negación para no hacer lo que ya tus pautas de conducta te indican qué realizar!, piénsalo así, si tu caso por ejemplo es ser ese individuo que compra mucho para llenar sus “huecos”, después serás quien tenga las tarjetas saturadas en deudas, posteriormente no podrás ni dormir o dormirás todo el tiempo para evadir los cuentonones, así andarás por la vida, con angustias y presiones que podrían llevarte a salir de más y probablemente agarrar un vicio, llámese juego, alcohol, drogas, etc. Y como una cosa lleva a la otra podría darte mil ejemplos, donde lo claramente seguro es que llenar vacíos de la manera no adecuada te catapulta a otras y más serias conductas dañinas, porque lo que acabas por no resolver, y por el contrario se acumulan más situaciones perjudiciales hasta que te desbordes desgastando tu energía.
La manera en cómo llenas estos vacíos puede no parecerte escandalosa, pero si le preguntarás a la gente que te rodea ¿opinaría exactamente lo mismo que tú?
Considera que lo que no se aborda en el hoy dolerá muchísimo más el día de mañana, es como una bola de nieve que va rodando y se hace cada vez más grande hasta que se desborda.
Querido lector, por favor pregúntate si manejarte así es necesario o podrías hacer algo al respecto. ¿Puedes y tienes la capacidad para redireccionarte?, si ves que no puedes solo, entonces considera acercarte a un especialista.
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