Los encuentros cercanos con agujeros negros de tamaño mediano pueden reanimar estrellas muertas, aunque solo sea temporalmente. Así lo sugiere un nuevo estudio que ya ha sido aceptado para su publicación en la revista The Astrophysical Journal.
Un equipo de astrónomos realizó simulaciones por ordenador para determinar qué sucede cuando un cadáver estelar quemado conocido como enana blanca pasa cerca de un agujero negro de masa intermedia, que alberga entre 1.000 y 10.000 veces la masa del Sol.
Los investigadores determinaron que la poderosa gravedad del agujero negro puede estirar y distorsionar las entrañas previamente inertes de la enana blanca, de forma tan dramática que los procesos de fusión nuclear pueden reactivarse por unos segundos, convirtiendo helio, carbono y oxígeno en elementos más pesados, como el hierro.
Dichos "eventos de disrupción mareomotriz" también pueden generar ondas gravitacionales, las ondas en el espacio-tiempo predichas por Albert Einstein hace un siglo y detectadas directamente en 2015 por el Observatorio de ondas gravitacionales del interferómetro láser (LIGO).
Es probable que LIGO no pueda captar estas ondas gravitacionales tan particulares, comentan los autores, pero los instrumentos futuros, como la Antena Espacial de Interferómetría Láser de la Agencia Espacial Europea (LISA), que está programado para su lanzamiento en 2034, podrían hacerlo.
Y con enormes cantidades de material extremadamente perturbado, es decir, desgarrado, las enanas blancas pueden ser absorbidas por sus agujeros negros 'asesinos', lo que desató poderosos estallidos de radiación que los telescopios actuales son capaces de detectar.
Estudiar los agujeros negros
Los nuevos resultados sugieren una posible forma de obtener un mejor control de los agujeros negros de tamaño mediano, que han demostrado ser sorprendentemente difíciles de estudiar. Los astrónomos han encontrado muchos agujeros negros pequeños (de masa estelar), y se sabe que los agujeros negros supermasivos que contienen millones o miles de millones de masas solares acechan en el corazón de la mayoría, si no de todas, las galaxias. Pero sus primos intermedios han permanecido esquivos hasta la fecha.
"Es importante saber cuántos agujeros negros intermedios existen, ya que esto ayudará a responder a la pregunta de dónde provienen los agujeros negros supermasivos", aclara Chris Fragile, coautor del trabajo. "Encontrar agujeros negros de masa intermedia a través de los eventos de interrupción de las mareas sería un avance tremendo".
De todas formas, los agujeros negros supermasivos no son grandes disruptores; es probable que los monstruos se traguen una enana blanca antes de perturbarla de forma apreciable, escribieron los investigadores.
No se han observado estrellas zombis, lo que no es sorprendente teniendo en cuenta la serie de eventos extremadamente específicos necesarios para que suceda, así como la breve naturaleza del fenómeno.
El nuevo estudio no tiene solo interés académico, ya que describe un escenario en el que nuestro propio Sol podría terminar perdurando en el futuro lejano. Cada estrella que comience su vida con aproximadamente 8 masas solares o menos terminará como una enana blanca superdensa. Ese destino es el que aguarda a nuestro Sol en 5.000 millones de años más o menos; después de que agote su reserva de combustible de hidrógeno, se hinchará en una gigante roja y luego colapsará en una enana blanca.
Vía: Muy Interesante.
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