En los días recientes nos hemos enterado a través de medios y redes, que empresarios mexicanos de alto calado han sostenido reuniones o han enviado cartas o mensajes mediante sus empleados de más alto nivel a la base trabajadora de sus empresas, exhortándolos a no votar por López Obrador. Implícita o explícitamente, pero ese es el mensaje que quieren transmitir, no dejar que AMLO llegue a la presidencia.
Igual que comenté en su momento, sobre la sorpresiva salida a los medios por parte del millonario, Carlos Slim, me parece que lo que los hombres de negocio están provocando, es precisamente, el efecto contrario a lo que persiguen.
La triste realidad, es que, aunque no sea cierto, casi todos los trabajadores del mundo consideran injusto el trato que reciben de sus patrones y el salario qué perciben. A nadie le alcanza, ya sea porque así es o porque así lo cree.
No hay consideraciones de mercado ni comparativo con otros países que valga para nadie cuando se trata del bolsillo propio.
Por lo tanto, es muy difícil que un patrón, aún teniendo la razón, quiera concientizar a sus empleados sobre el peligro que representa tomar una decisión equivocada. La reacción, casi en todos los casos, podría ser hasta de coraje.
Vivimos en épocas de venganza, no creo que haya nada que pare la llegada al poder de quien menos lo merece.
Tenemos que estar preparados. Porque si de venganza se trata, imagine las venganzas que vienen. El tabasqueño habrá de cumplir sus promesas (¿amenazas?) de campaña y los empresarios no se quedarán de brazos cruzados. Los agravios han sido muchos y muy graves, no espere que llegue una fuga de capitales; de hecho, ya se está dando.
Según reportes, en los últimos días han salido del país ocho mil millones de dólares. Capital mexicano.
Agárrese y cuide el bolsillo.
Twitter: @adejorge
Igual que comenté en su momento, sobre la sorpresiva salida a los medios por parte del millonario, Carlos Slim, me parece que lo que los hombres de negocio están provocando, es precisamente, el efecto contrario a lo que persiguen.
La triste realidad, es que, aunque no sea cierto, casi todos los trabajadores del mundo consideran injusto el trato que reciben de sus patrones y el salario qué perciben. A nadie le alcanza, ya sea porque así es o porque así lo cree.
No hay consideraciones de mercado ni comparativo con otros países que valga para nadie cuando se trata del bolsillo propio.
Por lo tanto, es muy difícil que un patrón, aún teniendo la razón, quiera concientizar a sus empleados sobre el peligro que representa tomar una decisión equivocada. La reacción, casi en todos los casos, podría ser hasta de coraje.
Vivimos en épocas de venganza, no creo que haya nada que pare la llegada al poder de quien menos lo merece.
Tenemos que estar preparados. Porque si de venganza se trata, imagine las venganzas que vienen. El tabasqueño habrá de cumplir sus promesas (¿amenazas?) de campaña y los empresarios no se quedarán de brazos cruzados. Los agravios han sido muchos y muy graves, no espere que llegue una fuga de capitales; de hecho, ya se está dando.
Según reportes, en los últimos días han salido del país ocho mil millones de dólares. Capital mexicano.
Agárrese y cuide el bolsillo.
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