Bueno, eso si es que ésta en realidad alguna vez existió.
Bien, el ghosting quiere decir “fantasmear”, es decir, hacerte el escurridizo de una relación, aparecer por cierto tiempo para luego partir en un inesperado momento.
Así es, claro, esto no es nada nuevo, ¿cuántas personas se han “perdido” yendo a la tienda por algo y jamás volvieron, ¿no?, dejando a la persona abandonada con un sentimiento de confusión, tristeza, y por lo tanto, baja autoestima.
Lo distinto entre el o la que se fue por los cigarrillos a la tiendita de la esquina y nunca volvió, es que el ghosting se ha migrado a formato digital, ¡sí!, hay personas con las que interactuamos en la vida real y virtual que de buenas a primeras, sin dar ninguna explicación, nos sacan de su mundo a razón de clicks, ok, más claro, nos eliminan de todas las opciones para poderlos contactar: Facebook, Whats App, Twitter, Snapchat, etc., y obviamente ésta nos bloquea de igual manera de llamadas y mensajes de texto. El punto es evitar hacer algún tipo de cierre.
¿Pero porqué pasa esto?, simple, la persona que lo hace no desea sentir culpa por ser quien tome la decisión de partir, el hecho de no dar la cara le regala hasta cierto punto la tranquilidad de no afrontar el cómo sería recibida su acción por la otra persona, ya ven, como dice el dicho: “Ojos que no ven corazón que no siente”.
Ahora, en la mente del abandonado ronda la pregunta del millón: ¿Qué le hice, me dejó de querer, porqué cambió de parecer?, etc., etc., etc. Desde luego, porque cuando empiezas una relación siempre hay las más altas expectativas, y la emoción de iniciar ésta no nos deja ver claramente a las personas tal cual son, porque las señales de quién es quién siempre están al inicio de todo, pero conforme el trato va avanzando esta persona “escurridiza” podría descubrir, por ejemplo, que como dice una canción muy popular: “Le quedó grande la yegua”, o sea, que no da el ancho, que no quiere continuar en esto, que no quiere defraudarte, que el famoso ‘timing’ no les da, que no son tan compatibles, o simplemente, ya no existe el interés.
Ok, Resumen de la historia para ambas partes:
El abandonado…
Cualquiera que sea el motivo, no inventes! Es obvio que quien te ghosteó muestra una clara falta de habilidades socioemocionales, producto de su inseguridad e inmadurez, así que solo te resta agradecer al universo que la misma persona se haya autodescartado, capaz que por ti mismo no lo hubieras hecho nunca, sinceramente pregúntate para que querrías a alguien así a tu lado.
El ghoster…
Una cosa es cierta, sí es claro que te puedes librar de las personas de manera rápida y eficaz y aparentemente sin culpa, pero el ser así sólo te llevara a tarde que temprano quedar en soledad, pues quien no desea confrontar al otro deberá aceptar que le resta una vida sin amor. ¡¡¡Dios mío, qué panaroma tan desolador!!!
Hay que ser claros, en algo puede que hayas tenido o no que ver en que recibieras un ghosting, pero sin una oportunidad de dialogarlo para ver cómo se resuelve o se termina, creo que el analizarlo ya sería igual de útil que separar la basura en orgánica e inorgánica cuando llega el recolectar de ésta y ¡la vacía todo en el mismo lugar! ¡Imagínate!
Permíteme una sugerencia…
Entonces viendo este escenario que te planteo, nunca te permitas que la sombra de este fantasma te persiga por meses, incluso años, destierra a la persona en cuestión de tu mente y alma, porque buscar respuestas simplemente carecería de sentido, huir de una relación sin dar la cara tiene un nombre y se llama: Cobardía.
La única razón válida para hacer una especie de ghosting sería que ambas partes estén de acuerdo en cortar definitivamente el contacto, es decir, cerrar ese episodio de sus vidas de manera consensual.
¿Qué es el Ghosting?
Bien, el ghosting quiere decir “fantasmear”, es decir, hacerte el escurridizo de una relación, aparecer por cierto tiempo para luego partir en un inesperado momento.
Así es, claro, esto no es nada nuevo, ¿cuántas personas se han “perdido” yendo a la tienda por algo y jamás volvieron, ¿no?, dejando a la persona abandonada con un sentimiento de confusión, tristeza, y por lo tanto, baja autoestima.
Lo distinto entre el o la que se fue por los cigarrillos a la tiendita de la esquina y nunca volvió, es que el ghosting se ha migrado a formato digital, ¡sí!, hay personas con las que interactuamos en la vida real y virtual que de buenas a primeras, sin dar ninguna explicación, nos sacan de su mundo a razón de clicks, ok, más claro, nos eliminan de todas las opciones para poderlos contactar: Facebook, Whats App, Twitter, Snapchat, etc., y obviamente ésta nos bloquea de igual manera de llamadas y mensajes de texto. El punto es evitar hacer algún tipo de cierre.
¿Pero porqué pasa esto?, simple, la persona que lo hace no desea sentir culpa por ser quien tome la decisión de partir, el hecho de no dar la cara le regala hasta cierto punto la tranquilidad de no afrontar el cómo sería recibida su acción por la otra persona, ya ven, como dice el dicho: “Ojos que no ven corazón que no siente”.
Ahora, en la mente del abandonado ronda la pregunta del millón: ¿Qué le hice, me dejó de querer, porqué cambió de parecer?, etc., etc., etc. Desde luego, porque cuando empiezas una relación siempre hay las más altas expectativas, y la emoción de iniciar ésta no nos deja ver claramente a las personas tal cual son, porque las señales de quién es quién siempre están al inicio de todo, pero conforme el trato va avanzando esta persona “escurridiza” podría descubrir, por ejemplo, que como dice una canción muy popular: “Le quedó grande la yegua”, o sea, que no da el ancho, que no quiere continuar en esto, que no quiere defraudarte, que el famoso ‘timing’ no les da, que no son tan compatibles, o simplemente, ya no existe el interés.
Ok, Resumen de la historia para ambas partes:
El abandonado…
Cualquiera que sea el motivo, no inventes! Es obvio que quien te ghosteó muestra una clara falta de habilidades socioemocionales, producto de su inseguridad e inmadurez, así que solo te resta agradecer al universo que la misma persona se haya autodescartado, capaz que por ti mismo no lo hubieras hecho nunca, sinceramente pregúntate para que querrías a alguien así a tu lado.
El ghoster…
Una cosa es cierta, sí es claro que te puedes librar de las personas de manera rápida y eficaz y aparentemente sin culpa, pero el ser así sólo te llevara a tarde que temprano quedar en soledad, pues quien no desea confrontar al otro deberá aceptar que le resta una vida sin amor. ¡¡¡Dios mío, qué panaroma tan desolador!!!
Hay que ser claros, en algo puede que hayas tenido o no que ver en que recibieras un ghosting, pero sin una oportunidad de dialogarlo para ver cómo se resuelve o se termina, creo que el analizarlo ya sería igual de útil que separar la basura en orgánica e inorgánica cuando llega el recolectar de ésta y ¡la vacía todo en el mismo lugar! ¡Imagínate!
Permíteme una sugerencia…
Entonces viendo este escenario que te planteo, nunca te permitas que la sombra de este fantasma te persiga por meses, incluso años, destierra a la persona en cuestión de tu mente y alma, porque buscar respuestas simplemente carecería de sentido, huir de una relación sin dar la cara tiene un nombre y se llama: Cobardía.
La única razón válida para hacer una especie de ghosting sería que ambas partes estén de acuerdo en cortar definitivamente el contacto, es decir, cerrar ese episodio de sus vidas de manera consensual.
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