Pero, ¿Quiénes toman esa decisión? Todos nosotros.
Es increíble que para los conciertos de banda, nos sepamos el nombre de los cuarenta y ocho integrantes de Banda El Limón, pero de los candidatos a la Presidencia de la República solo uno o dos, de cinco.
¿Tenemos el gobierno que merecemos? Probablemente.
Nos quejamos de los partidos políticos, pero no conocemos al diputado de nuestro distrito ni nos interesa prender la tele para ver los debates. ¡Es que qué hueva goeeeeyyy!
Este domingo será el primer debate presidencial, y más que nunca tenemos que involucrarnos e informarnos antes de marcar nuestro voto por el bueno, si es que lo hay.
“¿Qué porcentaje de la población verá este debate?”, me pregunté.
Vamos a analizar el rating: el índice de audiencia que representa la proporción de personas que están expuestas a un medio en un momento determinado.
Tener un punto (1) representa el 1% del universo que analizas. Si analizas Morelia, con población de 1,000,000 habitantes, 1.0 de rating significa que lo están viendo 10,000 personas.
Analizando a nivel país, en las elecciones presidenciales de 2012, el primer debate tuvo 10.4 puntos de rating. Para comparar, el noticiero de la noche de Denise Maerker tuvo 10.3 un jueves común y corriente.
Ni qué decir de la telenovela “Hijas de la luna”, con 14.6... Y eso que la gente ya no sigue esos programas como antes. La gente prefiere ver lo que pasó con Antonella Rivadeneyra y Juan del Diablo, antes que estudiar quiénes podrían gobernar su país durante 52,560 horas (seis años).
¡Eso dura mucho más que la telenovela entera! Con todo y comerciales.
Por otro lado, me tomé la libertad de realizar una breve encuesta a mi círculo de redes sociales, y la muestra es alentadora.
Aparentemente, el 79,72% de mis encuestados sí se sentará en su sofá a analizar el debate presidencial. ¡Cuánta hambre de conocimiento!
Dudo que se refleje mínimo un poco en la realidad del país, pero hay un rayo de esperanza.
Los invito a informarnos, participar, votar… a ver los debates presidenciales, te roba poco tiempo en comparación con las consecuencias de las malas decisiones colectivas.
En un sistema de comunicación política donde predomina el marketing, en los 56 millones de spots programados para este proceso electoral –que han sido de pésima calidad creativa-, los debates nos dan a conocer de mejor manera a las candidatas y candidatos. En las democracias más fuertes del mundo, los debates tienen mayor relevancia que los spots. No es concurso de publicistas, es competencia por liderar una nación.
Lo que elijan el 1º de julio no puede ser a ciegas o por quién se vea menos ‘ratero’, debe ser responsablemente y con conciencia.
El recuadro que marquemos en la boleta con la crayola puede definir el rumbo del país, así de sencillo.
Para dudas, sugerencias y comentarios, contacto a mi Twitter: @SergioGomezMtz
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