¿Te cuesta decir NO siempre que los demás te piden algo?

¿Te cuesta decir NO siempre que los demás te piden algo?

La asertividad, cualidad principal para lograrlo.

¿Eres de los que siempre dicen que sí a todo?, ¿no estás seguro de serlo?, bien, te invito a que te hagas estas sencillas preguntas: ¿Cada vez que alguien te pide algo, no importa si es alguien importante en tu vida o cualquier otra persona, no puedes negarte?, ¿dejas atrás tus actividades por hacer ese algo que te han solicitado?, ¿acabas haciendo cosas que realmente no quieres por no saber decir que no?, ¿te sientes constantemente improductivo e insatisfecho por no seguir lo que es para ti preponderante?, ¿no importa si es algo sencillo o de tal grado de implicación, aún así siempre aceptas lo que se te pide? Si respondiste a todo o casi todo que sí, entonces tienes un tema con el asunto de los límites, ¡sí! Establecer cuáles son tus límites de servilismo, límites que no los has podido establecer, esto ante un motivo aún más enraizado como la falta de amor propio, y otro tanto, el no tener bien delimitadas tus prioridades como consecuencia de no conocerte muy bien a ti mismo, como puedes notar, el no poder decir NO, en resumidas cuentas, ha estado mermando la calidad de vida que llevas, así como tu relación con los demás, resultado: Acabas sintiéndote fatal, terrible contigo mismo. Perdón, las verdades son muy duras, pero no te agobies, siempre hay algo por hacer al respecto.


Ahora, ¡¿porqué no dices que NO?!, son 2 las emociones principales implicadas en esto:
1.- Miedo.

2.- Culpa.

Sí, existe un miedo tan grande y casi generalizado, me atrevería a decir que en la población mundial es al rechazo, es decir, a no ser aprobados por nuestros semejantes. La realidad de las cosas es que desde toda la vida se nos ha enseñado que se debe complacer para agradar a las personas, empezando por nuestro hogar y la sociedad, y que siempre nos muestran una aceptación condicionada, ¡sí!, a que hagamos tales cosas, según dicta el propio orden de éstos, así poco a poco vas perdiendo la oportunidad de ser tú mismo y expresarte asertivamente. La culpa se nos infunde de igual manera al hacernos sentir mal, o sea, “malas personas” por no satisfacer los requerimientos ajenos, y como malas personas, obvio!!, no tendremos el privilegio de contar con el afecto y consideración del otro.

Ahora me pregunto: ¿En qué momento nadie nos enseña que el ayudar está bien, pero que debemos antes que nada conciliar a nivel interno si queremos y podemos atender lo que se nos pide antes de dar un sí constante?, y sí, ya lo dije antes, todo esto pasa porque no hay autoconocimiento ni buena autoestima. Si me conozco bien, entonces sabré qué es lo que me hace bien y qué no, sabré que hay cosas que son prioritarias para mí, es decir, a dónde me dirijo en mi vida, y atenderé mis asuntos siempre primero, (no me malentiendas, no es cuestión de egoísmo, es cuestión de orden en prioridades). Si una buena autoestima fuera la constante, la persona sabría que sus argumentos también son válidos y podría ofrecer una negativa de manera más natural. Te explico, a esto se le llama asertividad, expresar lo que piensas y deseas de manera tranquila, ordenada, con buen fundamento, pero sobre todo, también respetando a la persona que te solicita, es decir, ser directo en tus respuestas. Ahora, ¿sabes qué es lo que pasa cuando aprendes a decir que NO, bajo buenos argumentos y de manera contundente?, sucede todo lo contrario a tú mas grande miedo: El ser rechazado. Las personas acaban por respetarte y valorarte, pues no dejas que nadie pase por encima de tus propios límites, y bueno, en caso de que el resultado fuese una total y abrupta desaprobación. Entonces, entérate de una vez por todas: Esa relación del tipo que sea, romántica, parental, de amistad, etc. no era real, sino totalmente condicionada, o sea, no valía la pena, sólo chantaje emocional (algo como un “te quiero”, pero y únicamente si accedes al 95% de mis peticiones), ¿ qué clase de afecto y amor es ése?, para empezar, alguien que ama de verdad simplemente no haría eso. Punto.

Así que finalmente te invito a practicar la asertividad empática, lo cual es que cada vez que alguien te solicite “apoyo” no desestimes lo que trae en “requisición” y valida sus argumentos, trata de comprender la importancia de esto, después analiza que tan prudente es para ti el proceder o no, y por supuesto, no dudes, de ser el caso, en rechazar con asertividad la petición.

La asertividad es ese algo que nos puede evitar muchos problemas con otros, pero por sobre todas las cosas, principalmente con nosotros mismos.


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