El físico, quien también coordina el Laboratorio Nacional de Clima Espacial (LANCE, del IGf), explicó que México necesita un servicio dedicado a este tema porque tiene un potencial de desarrollo que utiliza tecnología espacial (satélites, GPS, telecomunicaciones), que resulta vulnerable ante un evento de este tipo.
La Tierra orbita alrededor del Sol, explicó, tiene regiones activas en las que ocurren explosiones llamadas tormentas solares; de éstas salen gigantescas nubes de plasma que se impactan contra el campo magnético de nuestro planeta.
“Pero esa coraza no es infalible, falla en muchas ocasiones. Cuando se abre, entran partículas del viento solar a la atmósfera, se producen las auroras boreales y hay corrientes que inducen caídas en el campo magnético y corrientes eléctricas que pueden tronar los transformadores y provocar daños a equipos tecnológicos”, explicó.
En México, en junio de 2014 se modificó la Ley General de Protección Civil, que incluyó efectos del clima espacial. Ahí apareció un mandato a la Agencia Espacial Mexicana (AEM) y al Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred) para que desarrollaran protocolos y acciones para prever y vigilar este tipo de fenómenos e incrementar la resiliencia del país ante ellos.
“Entonces vimos la oportunidad de crear el Servicio de Clima Espacial, que opera el Instituto de Geofísica.
El Servicio de Clima Espacial tiene entre sus atribuciones vigilar las condiciones del Sol, del medio interplanetario, el entorno ionosférico y geomagnético para prevenir eventos de clima espacial.
También, desarrollar instrumentos en Tierra para monitorear este tipo de fenómenos, y operar un sistema de alerta temprana, una colaboración directa con el Sistema Nacional de Protección Civil federal.
Finalmente, González Esparza señaló que la red de instrumentos que opera el Laboratorio Nacional de Clima Espacial está ligada a la red de estaciones del Servicio Sismológico Nacional en todo el país, son receptores GPS que operan en tiempo real.
El servicio a cargo de la UNAM cuenta con una red de cinco observatorios y están desarrollando una red de cinco ionosondas que implementarán este año, además de una red de magnetómetros que reportarán en tiempo real y regionalmente cómo varía el campo magnético en diferentes regiones del país, y cómo responde ante eventos de clima espacial.
Vía: MVS.
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