El conocimiento

El conocimiento
Por: Sergio Aguayo. Las propuestas de los candidatos a la presidencia son tan deficientes porque desdeñan el conocimiento acumulado de la sociedad civil sobre la mayor parte de los asuntos públicos.


México ha cambiado. En la elección presidencial de 1988 fueron pocas las encuestas; en 2018 abundan los sondeos de opinión y los candidatos y sus partidos son escrutados permanentemente en medios de comunicación tradicional y digital. Hay una franja amplia de la población con capacidad de discernir entre las ocurrencias y los argumentos bien fundamentados.

Hay cifras para demostrarlo. En su primer año (1971) el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología otorgó 580 becas para hacer estudios de posgrado. Desde entonces ha apoyado a más de 400 mil mexicanos y mexicanas para cursar maestrías, doctorados y posdoctorados y el Sistema Nacional de Investigadores, creado en 1984, ya tiene más de 27 mil integrantes.

La multiplicación de maestros y doctores está transformando universidades, medios, empresas y organismos civiles. Hasta en las cloacas de la corrupción se les encuentra; en la Gran Estafa hay personajes que acreditaron los requisitos para un postdoctorado en administración de empresas fantasma. Los candidatos se esmeran por tener diplomas o libros escritos y los aspirantes a la presidencia se rodean de asesores formados en las mejores universidades de México y el mundo.

Ante ese México, desconcierta la grisura y superficialidad de las propuestas de los candidatos a la presidencia. Me centro en los dos temas que, según encuestas, preocupan más al electorado: corrupción y violencia. Se esperaría entonces que sobre estos temas lucirían sus mejores armas. Nada de eso. Abundan los lugares comunes y son descomunales las ausencias.

Los tres prometen combatir la corrupción, pero hacen mutis con la cauda de impresentables que van incorporando a sus coaliciones. Me quedo con Andrés Manuel López Obrador quien asegura que la solución está en un presidente honesto porque la corrupción se barre de arriba hacia abajo. De tener razón y dado que fue Jefe del Gobierno del Distrito Federal ¿por qué la capital no es el bouquet de pureza en el pantano nacional? ¿Cómo frenará la codicia de los impresentables que está sumando y que reclamarán sus cuotas en cargos y presupuestos?

Para enfrentar la violencia criminal proponen medidas aisladas; les falta un enfoque integral. Salvo Andrés Manuel López Obrador ninguno ha mencionado a las víctimas y enmudecen sobre la relación con los Estados Unidos, un país determinante en la gestación del crimen organizado y la proliferación de víctimas. Emulan al apocado Miguel de la Madrid quien en sus memorias se lamenta de que "nosotros [en México] no estamos en capacidad de presionarlos [a Estados Unidos]". El enunciado es inexacto, absurdo y preocupante.

En síntesis, le hablan al México desinformado cuando abundan las voces que exigen dejar de pregonar sus buenas intenciones y piden digan cómo piensan llevar a cabo las reformas requeridas. Es ingenuo suponer que es suficiente con el impulso "desde arriba"; será imposible enfrentar los grandes problemas nacionales (corrupción, violencia, víctimas, relación con los Estados Unidos…) sin el concurso de las principales fuerzas sociales, políticas y económicas y sin ideas sustentadas en el conocimiento que el país ha ido atesorando sobre todos los temas.

Esa aleación de conocimiento y política pública prosperará si hay coincidencia en los mínimos entre academia, sociedad organizada y gobierno. La convergencia ya se ha venido dando, pero es insuficiente; tiene que dar un salto cualitativo y cuantitativo que exige concesiones de las partes. Por ejemplo, políticos y gobernantes tienen que proscribir los absurdos "bomberazos" y entender que una propuesta bien urdida requiere tiempo y respeto a la independencia; los académicos deben estar dispuestos a ajustar sus tiempos a los ritmos impuestos por problemas concretos.

Las campañas de este año son determinantes para la fusión de conocimiento y políticas públicas. Un paso indispensable es que mejoren las propuestas de los candidatos. Estamos a la espera de los planteamientos integrales que reconozcan la enorme complejidad de los problemas e incorporen el conocimiento acumulado.


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