Cuando la familia se divide…

Cuando la familia se divide…
Entendiendo a ésta como un sistema y porqué es tan complejo que la misma dure unida.


Los más de los días, muchas de las familias se desintegran a lo largo y ancho de nuestro continente, esto como resultado de las interacciones propias de este sistema y de su exterior.

Y es que ese es el punto: Comprender que es primeramente un sistema, para después llegar al entendimiento del porqué inevitablemente las familias a veces no logran resistir unidas y acaban por desmoronarse.

Acorde a la  “Teoría general de los sistemas”, expuesta por Ludwig von Bertalanffy, ésta nos deja ver que el sistema, en el caso de los humanos,  se compone de una serie de individuos que interactúan entre sí, y que además pertenecen a los sistemas abiertos donde la influencia se torna de manera bidireccional, pues tanto las personas puedes ser influidas por los miembros del sistema familiar como pueden tener injerencia en éste. De manera regular se va generando un estado de homeostasis al interior de la familia, es decir, todos sus actores contribuyen con un rol para que la familia continúe vigente, el equilibrio puede ser alterado por muchos y muy diversos motivos, pero vuelve a autorregularse.

Cualquier sistema tiene un fin, en el caso de las familias, es mantener la cohesión de todos sus integrantes a través del tiempo, situación que durante el ciclo de vida de éstas no siempre se logra, pues existe una serie de elementos que acaban por no contribuir a la homoestásis del grupo, tales como las reglas o límites o la comunicación, obviamente la personalidad de cada integrante, etc. Cabe aclarar que el estado de equilibrio no siempre es positivo, pues muchas veces se torna en colores grisáceos.

Cuando en la familia existe un exagerado estado de codependencia entre los miembros esto limita su libertad de acción, y por lo tanto no hay crecimiento ni evolución, dando como resultado emociones negativas y conductas nocivas que sí logran romper el orden familiar. Cuando la relación entre los miembros goza de excesiva libertad también los resultados son los mismos, pues el sentido de pertenencia al  grupo se anula, total, en ambos casos, las familias terminan por dividirse.

Ahora, después de toda esta explicación, verás que para que la familia permanezca unida esto será el resultado de la interacción de todos sus miembros, y cuando esta se separa, se le puede atribuir al mal funcionamiento que cada uno le ha regalado, es decir, la responsabilidad es compartida. Ahora te tocará analizar a ti ¿en qué has contribuido o no en mayor o menor medida para que esto haya sucedido?, usar el recurso de la culpa es muy fácil, pero si en una relación sentimental la “cosa” es asunto de dos, en las familias es “cosa” de todos.

Para evitar estas situaciones y rescatar la armonía y buena convivencia en la familia, siempre tendrás el recurso tan estigmatizado de recurrir a un terapeuta especializado, pero la realidad es que la terapia familiar funciona siempre y cuando todos los implicados estén dispuestos a trabajar en ello.

Querido lector: ¿Cuánto amas a tu familia como para seguir negando lo que es una realidad y mejor tomar cartas en el asunto?, porque una cosa es muy cierta: “Tanto peca la acción como la omisión”, y el notar que en tu familia existe equilibrio pero con ambiente nocivo, más temprano que tarde los llevará a una inevitable separación.

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