Yo los veo desde arriba

Yo los veo desde arriba
Por enésima semana consecutiva y apoyado en lo que marcan las encuestas, un López Obrador sobrado, sigue basando su estrategia en esa ventaja sobre sus adversarios.

Un guion bien estudiado es el que trae el tabasqueño bajo el brazo. En este momento, explotar esa ventaja es lo que dicta sus discursos y actos de precampaña. En cuanto el panorama empiece a cambiar y la ventaja ya no sea tan amplía -lo que seguro sucederá- vendrá un cambio de discurso. Ya no será el “están nerviosos”, “no levantan”, etc. Escucharemos entonces qué los encuestadores -mismos qué hoy le dan la ventaja- se han vendido a la “mafia del poder” por mucho dinero, que están cuchareadas y otros descalificativos ya conocidos por todos, pues en este guion está subrayado, con negritas y en mayúsculas que admitir la ventaja de otro contendiente no está permitido y mucho menos claudicar en la derrota.

La estrategia es válida como cualquiera aplicada en estos tiempos, por todos los equipos de los diferentes aspirantes; aquí el temple y la condición de estadista queda en manos de quien encabeza el movimiento, para dar un manejo responsable si al final de la contienda los resultados no le favorecen, condición que el tabasqueño en dos ocasiones, ya nos ha demostrado que no tiene, lo que sin duda podría crispar en el verano el ambiente social ya de por sí algo agitado.

Con una serie de nombramientos -fuera de tiempo- con cargos -ilusorios aún- de personajes -varios sin arraigo en morena- Andrés Manuel, respaldado en las encuestas, juega con el futuro tratando de infundir la idea -entre sus seguidores e indecisos- de qué él ya ganó antes de participar, olvidando las propuestas, que más que eso han resultado verdaderas ocurrencias, sin fundamento alguno que las haga sostenerse. Como resolver la violencia pactando con los criminales, mejorar la economía fijando los precios y salarios por decreto, combatir la corrupción perdonando y purificando a los corruptos qué se adhieran y la pobreza dando vales y despensas, por solo nombrar algunas, nos revelan el nivel del discurso del tabasqueño.

Será cuestión de esperar a que arranquen las campañas para ver si los participantes cambian los discursos llenos de promesas falsas, insultos y descalificaciones por proyectos y planes de gobierno basados en medidas reales qué mejoren la vida diaria y den prosperidad a las familias... al tiempo.

@raullox


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