Vaya, hasta que coinciden en algo sustancial el PRI y Morena.
El candidato priista a la Presidencia, José Antonio Meade, dio a conocer una potente iniciativa para prevenir y castigar la corrupción, y Morena brincó porque es “igual” a la presentada por ese partido en la Cámara de Diputados el 17 de enero del año pasado.
Se trata de una buena noticia: Morena y PRI están de acuerdo en los preceptos básicos de una ley que frene y castigue la corrupción.
No importa quién tiene más autoridad moral para entregar una iniciativa contra la corrupción. Importa que están de acuerdo en su contenido.
La iniciativa de Meade propone extinción de dominio sin mayores trámites. Recuperar los recursos que se malversan para destinarlos a becas. Aumentar drásticamente las penas a funcionarios deshonestos. Hacer una certificación patrimonial obligatoria para altos funcionarios y legisladores.
Con esta propuesta se va más allá de la saludable 3de3 que ha comenzado a tomar cuerpo.
Para Meade, “muchos de los retos que tiene el país, empezando por la inseguridad, se entienden a raíz de la corrupción y la impunidad”.
De acuerdo. ¿Y luego?
El presidente de la Cámara de Diputados, el priista Jorge Carlos Ramírez Marín, expresó que la bancada de ese partido hace suya la propuesta de Meade y la presentará como iniciativa en el próximo periodo ordinario de sesiones, que comienza el jueves de la próxima semana.
La coordinadora de los legisladores de Morena en San Lázaro, Rocío Nahle, planteó que “Meade avienta una iniciativa de combate a la corrupción, una iniciativa que el grupo parlamentario de Morena presentó hace un año. Es la misma, en los mismos términos, bajo las mismas condiciones”.
Se trate de una gran coincidencia, de plagio, imitación o lo que fuere, el hecho es que las iniciativas de dos grandes fuerzas políticas, generalmente antagónicas, son iguales.
Eso abre un horizonte de coincidencia que no habíamos visto en el Congreso, al tratarse de un tema central en las necesidades del país y en las preocupaciones ciudadanas.
Sería una tragedia del tercermundismo político que la iniciativa anticorrupción se trabara porque coinciden.
En otras palabras, resultaría una locura que la nueva ley anticorrupción se frene porque están de acuerdo.
Al ciudadano no le importa quién tiene la originalidad de una ley sumamente positiva, sino que se apruebe y se lleve a la práctica.
En lo fundamental Morena y PRI están de acuerdo. Y no sólo en el discurso, sino en la letra de lo que debe ser una legislación que frene y castigue esa lacra que afecta a México y a buena parte del mundo.
Enhorabuena por Meade, por el PRI, por Morena, que redactaron por separado ordenamientos jurídicos iguales para abatir esa peste.
Habrá que hacer votos porque la legislación que el país clama desde hace años, y en la que coinciden priistas y morenistas, no se vea afectada por cuestiones tan menores como quién lo dijo primero.
Adelante con la ley anticorrupción que propone Meade, adelante con la ley anticorrupción que planteó Morena.
Son iguales y el país sale ganando.
¿O se van a pelear porque coinciden?
Twitter: @PabloHiriart
Esta columna es publicada con la autorización expresa de su autor.
Publicado originalmente en El Financiero
El candidato priista a la Presidencia, José Antonio Meade, dio a conocer una potente iniciativa para prevenir y castigar la corrupción, y Morena brincó porque es “igual” a la presentada por ese partido en la Cámara de Diputados el 17 de enero del año pasado.
Se trata de una buena noticia: Morena y PRI están de acuerdo en los preceptos básicos de una ley que frene y castigue la corrupción.
No importa quién tiene más autoridad moral para entregar una iniciativa contra la corrupción. Importa que están de acuerdo en su contenido.
La iniciativa de Meade propone extinción de dominio sin mayores trámites. Recuperar los recursos que se malversan para destinarlos a becas. Aumentar drásticamente las penas a funcionarios deshonestos. Hacer una certificación patrimonial obligatoria para altos funcionarios y legisladores.
Con esta propuesta se va más allá de la saludable 3de3 que ha comenzado a tomar cuerpo.
Para Meade, “muchos de los retos que tiene el país, empezando por la inseguridad, se entienden a raíz de la corrupción y la impunidad”.
De acuerdo. ¿Y luego?
El presidente de la Cámara de Diputados, el priista Jorge Carlos Ramírez Marín, expresó que la bancada de ese partido hace suya la propuesta de Meade y la presentará como iniciativa en el próximo periodo ordinario de sesiones, que comienza el jueves de la próxima semana.
La coordinadora de los legisladores de Morena en San Lázaro, Rocío Nahle, planteó que “Meade avienta una iniciativa de combate a la corrupción, una iniciativa que el grupo parlamentario de Morena presentó hace un año. Es la misma, en los mismos términos, bajo las mismas condiciones”.
Se trate de una gran coincidencia, de plagio, imitación o lo que fuere, el hecho es que las iniciativas de dos grandes fuerzas políticas, generalmente antagónicas, son iguales.
Eso abre un horizonte de coincidencia que no habíamos visto en el Congreso, al tratarse de un tema central en las necesidades del país y en las preocupaciones ciudadanas.
Sería una tragedia del tercermundismo político que la iniciativa anticorrupción se trabara porque coinciden.
En otras palabras, resultaría una locura que la nueva ley anticorrupción se frene porque están de acuerdo.
Al ciudadano no le importa quién tiene la originalidad de una ley sumamente positiva, sino que se apruebe y se lleve a la práctica.
En lo fundamental Morena y PRI están de acuerdo. Y no sólo en el discurso, sino en la letra de lo que debe ser una legislación que frene y castigue esa lacra que afecta a México y a buena parte del mundo.
Enhorabuena por Meade, por el PRI, por Morena, que redactaron por separado ordenamientos jurídicos iguales para abatir esa peste.
Habrá que hacer votos porque la legislación que el país clama desde hace años, y en la que coinciden priistas y morenistas, no se vea afectada por cuestiones tan menores como quién lo dijo primero.
Adelante con la ley anticorrupción que propone Meade, adelante con la ley anticorrupción que planteó Morena.
Son iguales y el país sale ganando.
¿O se van a pelear porque coinciden?
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Esta columna es publicada con la autorización expresa de su autor.
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