Distinguí dos signos que me parecen interesantes comentar. El martes, después de toda la algarabía en medios y redes por la designación de José AntoniO Meade como el seguro candidato del PRI por la presidencia de la república hubo una declaración de López Obrador y una marcha de ‘Marichuy’, representante indígena aspirante a una candidatura independiente, en la UNAM.
Primero, el dos veces perdedor. AMLO llamó títere de la mafia a Meade ¿tan pronto se le acabaron los argumentos? Según él, todavía no es candidato a la presidencia por Morena, puesto que primero se hará una encuesta (je,je,je) entre todos los que quieran ser candidatos por el partido de su propiedad para sacar al bueno, o sea, él. Pero el punto es que ese es el recurso argumentativo con el que le da la bienvenida a la competencia al priista. Un insulto y nada más. O ha aprendido muy bien la estrategia de Donald Trump o su edad ya no le da para ser más imaginativo. Estoy seguro que todo el ruido en las redes sociales y el espejismo de las encuestas en las que sólo él era el seguro contendiente y más conocido por la sociedad debido a su ilegal campaña de tantos años, se le irá desmoronando conforme pase el tiempo.
Segundo, según reportes periodísticos confiables, la marcha para recabar firmas de apoyo en favor de Marichuy fue un fracaso. No prendió, los jóvenes DE LA UNAM (pocos) que estaban por ahí, más bien se acercaron a curiosear. Mal organizado y con un trato de apestados a quienes se querían acercar a la representante indígena, la marcha no entusiasmo a los millennials, quienes hacen la mayoría en las universidades.
Y ese es un signo innegable de la imagen rancia y las propuestas que se detuvieron en los sesentas de los dos aspirantes antes mencionados: no le dicen nada a la juventud.
Por más que quieran posicionar la idea de que son los jóvenes quienes dan vida a estos movimientos y serán ellos los que, evocando a la ‘primavera árabe’, impulsen la regeneración del país y lleven al salvador a la silla presidencial, la realidad y modernidad dicen otra cosa.
Creo que no entienden en qué están metidos los millennials y que su activismo en las redes es más chacota que otra cosa. En el peor de los casos para los de la izquierda romántica que representa Marichuy y para los de la izquierda violenta y corrupta que representa López Obrador, no entienden que los jóvenes mexicanos quieren ser parte de un mundo global, altamente tecnológico, de libertades, de individualidades, de poder adquisitivo, de modernidad y progreso y no de un México de confrontación, polarización, retraso educativo, de cerrazón ante el mundo que está allá afuera, de estarnos viendo el ombligo cantando insoportables alabanzas a Fidel Castro o el ‘Che’ Guevara, compuestas por Silvio Rodríguez (a quien los chavos difícilmente podrán admirar), interpretadas por la esposa de quien ya no sólo es el mesías, sino también el nuevo productor de estrellas de la música y que divinamente ha designado a su esposa como la nueva Janis Joplin.
¡¡¡UFFF!!!
Twitter: @adejorge
Primero, el dos veces perdedor. AMLO llamó títere de la mafia a Meade ¿tan pronto se le acabaron los argumentos? Según él, todavía no es candidato a la presidencia por Morena, puesto que primero se hará una encuesta (je,je,je) entre todos los que quieran ser candidatos por el partido de su propiedad para sacar al bueno, o sea, él. Pero el punto es que ese es el recurso argumentativo con el que le da la bienvenida a la competencia al priista. Un insulto y nada más. O ha aprendido muy bien la estrategia de Donald Trump o su edad ya no le da para ser más imaginativo. Estoy seguro que todo el ruido en las redes sociales y el espejismo de las encuestas en las que sólo él era el seguro contendiente y más conocido por la sociedad debido a su ilegal campaña de tantos años, se le irá desmoronando conforme pase el tiempo.
Segundo, según reportes periodísticos confiables, la marcha para recabar firmas de apoyo en favor de Marichuy fue un fracaso. No prendió, los jóvenes DE LA UNAM (pocos) que estaban por ahí, más bien se acercaron a curiosear. Mal organizado y con un trato de apestados a quienes se querían acercar a la representante indígena, la marcha no entusiasmo a los millennials, quienes hacen la mayoría en las universidades.
Y ese es un signo innegable de la imagen rancia y las propuestas que se detuvieron en los sesentas de los dos aspirantes antes mencionados: no le dicen nada a la juventud.
Por más que quieran posicionar la idea de que son los jóvenes quienes dan vida a estos movimientos y serán ellos los que, evocando a la ‘primavera árabe’, impulsen la regeneración del país y lleven al salvador a la silla presidencial, la realidad y modernidad dicen otra cosa.
Creo que no entienden en qué están metidos los millennials y que su activismo en las redes es más chacota que otra cosa. En el peor de los casos para los de la izquierda romántica que representa Marichuy y para los de la izquierda violenta y corrupta que representa López Obrador, no entienden que los jóvenes mexicanos quieren ser parte de un mundo global, altamente tecnológico, de libertades, de individualidades, de poder adquisitivo, de modernidad y progreso y no de un México de confrontación, polarización, retraso educativo, de cerrazón ante el mundo que está allá afuera, de estarnos viendo el ombligo cantando insoportables alabanzas a Fidel Castro o el ‘Che’ Guevara, compuestas por Silvio Rodríguez (a quien los chavos difícilmente podrán admirar), interpretadas por la esposa de quien ya no sólo es el mesías, sino también el nuevo productor de estrellas de la música y que divinamente ha designado a su esposa como la nueva Janis Joplin.
¡¡¡UFFF!!!
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