Ni te fijes… ¡Acusa, denuncia, insulta!

Ni te fijes… ¡Acusa, denuncia, insulta!
¿No te gusta cómo gobierna Enrique Peña? Pues, muy simple, acúsalo de “genocida”. De Rajoy, mientras tanto, di que es un “fascista”. En cuanto al régimen democrático de España, califícalo de “dictadura” y equipáralo, de plano, al franquismo. Denuncia, a su vez, que el mentado franquismo fue “comparativamente peor que el nazismo de Hitler”, tal y como lo ha hecho la señora Ada Colau, alcaldesa de la sufridísima y expoliada y saqueada y devastada Barcelona. No te detengas tampoco en detalles como que la estremecedora atrocidad perpetrada en Iguala por los sicarios de una organización criminal no ocurrió en los territorios sojuzgados por el Gobierno federal sino en una localidad gobernada por el PRD cuyo alcalde, aliado y cómplice de los asesinos, había obtenido el beneplácito del primer opositor de la nación y futuro salvador de la patria. No, no registres nada de esto ni te molestes en reconocerlo: brama, simplemente, “¡fue el Estado, fue el Estado, fue el Estado!”.

Exige también infinitas reparaciones por esto o por lo otro: porque se puso orden en el sistema educativo y ahora tienes que asistir todos los días a dar clases al colegio en lugar de desperdiciar criminalmente el tiempo que merecen los niños de la nación mexicana pretextando “actividades sindicales” o acudiendo a manifestaciones callejeras; porque ya no manejas discrecionalmente esos fondos federales destinados a la educación que te servían para enriquecerte personalmente (y lanza, de paso, tremebundas acusaciones de que las autoridades educativas están “desmantelando la instrucción pública”, de que quieren “privatizar” todas las escuelas y de que cualquier posible intento suyo de acotar las perniciosas prácticas corporativas de siempre es una “ofensiva patronal”, o algo así); porque ya no puedes traficar con mercancía de contrabando en el comercio informal; porque ahora debes pagar impuestos; porque tus hijos se asustaron en el sismo; porque se está construyendo un tren rápido en tu colonia…

Ya en plan más atrevido, sal a la calle a pintarrajear monumentos y a destrozar mobiliario urbano. Si se aparece la policía por ahí para impedírtelo, vocifera que es “represión”.

Sí, haz todo esto.

revueltas@mac.com
Esta columna es publicada con la autorización expresa de su autor.


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