Además, el empresario Rick Gates, colaborador clave de Manafort y cercano a la campaña de Trump en 2016 también debió entregarse a las autoridades estadounidenses, y también George Papadopolous, quien fuera el consejero de política exterior de Trump durante la contienda electoral se declaró culpable de mentir sobre sus lazos con Rusia.
Manafort y Gates también enfrentan cargos por conspiración para lavar dinero, ser agente no registrado de una autoridad extranjera, declaraciones falsas y no presentación de informes de bancos extranjeros y cuentas financieras.
Los cargos no están vinculados directamente con su trabajo en la campaña de Trump por el momento, pero son los primeros en enfrentar la justicia como parte de la investigación sobre la posible interferencia de Rusia en las elecciones presidenciales de EE.UU. en las que Trump resultó ganador.
Este jurado, determinará si existen evidencias suficiente para iniciar un juicio, emitir una citación para que una persona testifique o entregue documentación acerca del caso.
Después de conocerse la noticia, el presidente de Estados Unidos tuiteó que los cargos datan de antes de que Paul Manafort integrara la campaña.
Y agregó que: "¡No hay colusión!" (con Rusia).
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