Siento orgullo de ver lo que logra la unión de los mexicanos ante la tragedia, pero tenemos que ver los pasos que vienen adelante.
Es increíble cómo el mexicano se puede transformar ante la adversidad. En un parpadeo pasa de la dejadez al heroísmo.
En la vida cotidiana, no pasa nada si te saltas el alto y das “mordida al tránsito”. En la tragedia, somos uno solo y damos todo.
El lunes ignoras al indigente abajo del puente, y el martes de sismo arriesgas tu vida por un desconocido.
El día de las elecciones no asistes a votar, a una cuadra de tu casa, o anulas tu voto. No participas en decidir quién gobernará tu país o tu comunidad. Encima, lo criticas con memes durante todo su mandato.
El 19 de septiembre de 2017, te trasladas cientos de kilómetros para apoyar a quien esté entre escombros.
No critico la solidaridad en tiempos de crisis, todo lo contrario. Critico la apatía en tiempos de normalidad.
Con nuestras acciones cotidianas podemos lograr grandes cambios en el largo plazo. El problema es que no empezamos.
No esperemos que pasen las semanas y nuestro sentido de solidaridad se vuelva a apagar. Las personas que están hoy en desgracia nos necesitan por mucho tiempo más.
Un voluntario en el temblor de 1985, relata que los primeros días sobraban los apoyos, pero al paso de las semanas la gente los había dejado de ayudar.
Que 2017 sea distinto. Qué sea este el detonador para que en México tengamos el 'chip solidario' todos los días del año.
Ya vimos lo que podemos lograr. Que no sean solo 5 minutos de solidaridad.
Para comentarios, contacto a mi Twitter: @SergioGomezMtz
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