Durante los últimos meses, cuando la oposición venezolana generó una serie de protestas violentas, las redes sociales fueron epicentro no sólo de debates, sino de convocatoria a eventos y celebración de hechos que dejaron como saldo más de 130 personas fallecidas, según el recuento del portal Alba Ciudad.
Por ese motivo, uno de los principales temas que ocupan la atención pública en ese país latinoamericano, es la discusión acerca de si las redes sociales deben ser sometidas a regulación.
Entre otros muchos puntos álgidos de esa diatriba, se menciona el asesinato de Almelina Carrillo, ocurrido en Caracas el 19 de abril de 2017, cuando, al paso de una manifestación pro gubernamental, una persona lanzó desde un balcón una botella de agua congelada que impactó en su cabeza, según publicó en su momento el sitio web Contrapunto. Ese y otros muchos hechos similares han estado directamente asociados a mensajes difundidos en Twitter.
Sólo un caso
En la víspera del asesinato de Almelina carrillo, un conocido articulista antichavista, de nombre Tulio Hernández (@tulioehernandez), escribió en esa red social que los opositores debían "neutralizar" el plan de seguridad anunciado por el Gobierno y bautizado como "Zamora", para poder derrotarlos militarmente.
En uno de sus mensajes argumentó: "se valen hasta materos". Con ello dijo que consideraba lícito lanzar incluso macetas a militantes del chavismo desde las ventanas de los edificios.
Tras la muerte de la mujer, Tulio Hernández borró los mensajes de su cuenta, pero algunos usuarios de esa red conservaron capturas de imagen de lo escrito.
Vía: RT.
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