Fuego amigo, en todas direcciones

Fuego amigo, en todas direcciones
Entre muchas otras cosas, estamos presenciando fuego amigo en todas direcciones y latitudes. Lo vemos no sólo en México, sino también en otros países. Los destinatarios de estos ataques quieren desviar la atención y no aceptar de dónde viene y otros probablemente no lo saben, pero la están pasando mal.


La más reciente bomba de un supuesto caso de corrupción es la del presidente del PAN, Ricardo Anaya, quien ni tardo ni perezoso ha querido culpar al Gobierno Federal de ser el que orquestó esta campaña en su contra. Pero la verdad, esto parece más un ataque al interior del PAN como venganza por no querer poner el piso parejo en la carrera por la candidatura presidencial de su partido. Una de dos: estos ataques tienen el apellido Calderón o Moreno Valle, apuéstele. Nadie puede llamarse ingenuo como para creer que las manifestaciones de solidaridad hacia su persona por parte de los otros dos aspirantes sea un acto lleno de ética y moral.

Siguiendo en tierras mexicas, Ricardo Monreal, ex aspirante de Morena a la candidatura para competir por la CDMX, se vio acalambrado luego de conocer el dedazo de López Obrador, quien presumía ser su amigo. Ahora, éste último deberá esperar un furibundo ataque del despechado y la escisión de su partido en la capital. Lo he dicho en otras ocasiones: el zacatecano Monreal, tiene vida propia y recursos políticos suficientes como para enfrentarse al mesías tropical. Pues para que la cuña apriete…

En los Estados Unidos, el hombrecillo naranja no quiere admitir que la clase política norteamericana, su partido, algunos miembros de su gabinete y una gran parte de los ciudadanos de aquel país son quienes lo tienen en jaque. Ciego y sordo, pero jamás mudo, desvía la atención para que su ignorante base de apoyo lo siga sosteniendo al frente del gobierno recurriendo a la cantaleta del muro y a la amenaza de cancelar el TLCAN. Es fuego amigo, pero no quiere enfrentarse a esa verdad. Lo he dicho en otras ocasiones: de pronto dan ganas de que se cancele el famoso acuerdo comercial para que, los bocones como Trump y López Obrador (de ser presidente), se enfrentaran en sus respectivos países a la debacle económica que esto significaría y a ver cómo le iban a hacer.

Y más al sur está Maduro. No sé Usted, pero a mí se me hizo muy raro que justo al inicio de las negociaciones del TLCAN, nuestro Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray, estaba en Cuba, donde, casualmente, también se encontraba Maduro ¿platicarían? No lo sé, pero por lo pronto, todo lo que sabemos es que nuestro gobierno, por conducto de su Secretario, le dio una sobadita en la espalada al presidente Castro aumentándole la línea de crédito a la isla, con lo que, sin lugar a dudas, el presidente venezolano podría estar viendo en un futuro próximo que uno de los pocos apoyos morales que tiene se le va de las manos. Dicen que el interés tiene pies.

Twitter: @adejorge


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