El éxito en una entrevista de trabajo también está en lo que no dices

El éxito en una entrevista de trabajo también está en lo que no dices

La entrevista de trabajo es el paso básico para poder conseguir un empleo. Preparar las preguntas clave, como aquellas referidas a la experiencia laboral o habilidades, además de investigar y conocer la empresa, es fundamental. Pero hay otro aspecto al que los candidatos no siempre prestan la suficiente atención.

Los reclutadores seleccionan al aspirante que mejor se ajuste a la empresa calificando sus conocimientos para la posición, su sinceridad, credibilidad, calma, confianza y congruencia. Y esto no siempre se demuestra con palabras, señala Juan Pablo García Olvera, director general de NoVerbal Consulting Group, empresa de investigación y formación en conducta y comportamiento.

Además, se valora si la persona es honesta sobre sus conocimientos y experiencia. Una impresión errónea podría llevar a anular su oportunidad de ser el elemento destacado. Para llegar a esta conclusión, se basan, especialmente, en los gestos y postura del candidato.

No es un secreto que factores como llegar temprano, preparar la entrevista y dormir bien son piezas fundamentales para mantener una conversación adecuada y acertada con un reclutador, pero hay otras técnicas que pueden ayudar a conseguir un mejor desarrollo de una entrevista laboral.

El lenguaje no verbal siempre será reflejo de tu actitud, señala Jesus Enrique Rosas, coach y presidente de la Universidad Corporativa – Fundación Lenguaje Corporal.

Por eso, ambos especialistas recomiendan varias acciones para tener un buen desarrollo en una entrevista de trabajo:

1. Saludo adecuado y firme: Es importante, ya a través de esta acción el reclutador puede percibir si el entrevistado está inquieto, seguro, nervioso o incómodo. Se recomienda que sea firme y que denote seguridad.

2. Contacto visual: Las personas son poco conscientes de lo mucho que comunican sus ojos. Para tener ventaja en este tema, es necesario estar atento a las preguntas que se presenten y a las reacciones personales. Un buen reclutador puede detectar cuando un candidato miente, al fijarse en señales como el cambio de velocidad al parpadear y el desvío de la mirada.

3. Sonreír: Tener una buena actitud es señal de confianza y seguridad. Sonreír es un mecanismo que denota amabilidad e interés en la otra persona, pero no se debe exagerar porque podrían malinterpretarse como una actitud falsa.

4. Buena postura: Una posición muy erguida no siempre es sinónimo de seguridad personal e interés por el otro, sino que puede proyectar al interlocutor nerviosismo y ansiedad. Por eso, es preferible inclinarse hacia adelante de una forma natural, para denotar una actitud más proactiva que una actitud de seguridad (inclinado hacia atrás), aclara Rosas.

5. Reducir las expresiones faciales innecesarias: Al igual que la comunicación visual, las expresiones faciales revelan cómo se siente en realidad una persona. Por eso, es recomendable evitar gesticular demasiado y tocarse la cara, ya que restan credibilidad.

6. No juguetear con las manos: Es importante apoyar el discurso con movimientos de las manos, pero en exceso puede expresar inmadurez e incapacidad de control ante situaciones de estrés. Es fundamental tener las manos libres y visibles para el entrevistador.

7. Voz y autocontrol: El tono y volumen de voz se relaciona con la personalidad y estado de ánimo, es por esto que se recomienda controlar las emociones por medio de técnicas como la respiración diafragmática, escuchar música relajante o estudiar minutos antes la información que se abordará en la entrevista. El autocontrol dependerá de cada persona y su inteligencia emocional.

EL PRIMER CONTACTO ES CLAVE


Si una entrevista de trabajo representa un estado de nerviosismo o ansiedad, García Olvera y Rosas recomiendan platicarlo con el reclutador y comentarle la situación para generar empatía y un ambiente más confortable.

En cuanto al vestuario, independientemente del tipo de empleo solicitado, el código debe ser formal, ya que es el primer contacto con la empresa. Los colores más convenientes son el negro, el azul marino, el gris o el verde oliva.

En un proceso de búsqueda de empleo, generalmente se llevan a cabo varias entrevistas, por lo que, en caso de no obtener el puesto, la situación debe afrontarse de forma positiva. "Quedará como experiencia para saber cómo actuar la próxima vez", aconseja García Olvera.

Por: Liliana García.
Vía: CNN Expansión.


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