¿Dónde está AMLO?

De lengua larga y mecha corta, el dueño de Morena se caracteriza por reaccionar hasta porque los pajaritos cantan por la mañana. Con la cantaleta que aburre sobre la ‘mafia del poder’, acusa a los inocentes pajaritos de estar creando una cortina de humo para que la gente no despierte pensando que el país se está cayendo a pedazos y que él y sólo él, es capaz de arreglarlo.


Pero ahora calla, o por lo menos sus jilgueros (siguiendo en la línea de los pajaritos, pero estos sí son puros y honestos), no les han dado suficiente eco a sus palabras.

Viene al caso porque después de lo ocurrido en Tláhuac, no ha dicho ni pío. Normalmente hubiera salido en defensa de los delincuentes abatidos y los detenidos y, por supuesto, del pueblo bueno que se unió primero, para bloquear los accesos al pueblo y dificultar las acciones de las autoridades y, segundo, se reunió para llorar la partida de ‘el Ojos’ al más allá, donde seguramente tienen un lugar de privilegio reservado por el mesías tropical.

Pues nada, será que sabe bien que se le revertirá y perjudicará electoralmente este asunto y que, cuando fue jefe de gobierno del Distrito Federal, no sólo dejó crecer ese problema, sino también los solapó.

Lejos de tener segura la presidencial para el dos veces perdedor, lo que viene será desgastante y devastador para su imagen que ya de por sí carga con demasiados negativos. Bien ganados, por cierto.

Twitter: @adejorge