Muchos análisis comienzan a aparecer en distintos círculos sobre la anunciada alianza opositora que encabezarían PAN y PRD y otros actores interesados; por qué sí, por qué no, su viabilidad, su trascendencia, su efectividad, etc. Sin embargo, creo que se anticipan mucho estos análisis, aunque como hipótesis de trabajo podrías ser un buen ejercicio y sólo eso. Suena bien para algunos, pero para muchos otros, suena a un cuento más.
Por principio tendríamos que empezar preguntándonos sobre si realmente es posible una alianza opositora entre los distintos partidos políticos y sociedad puesto que la historia nos recuerda las mezquindades, egoísmos, intereses de grupo y el afán protagónico de todos los que sienten al menos con una pequeña posibilidad de abanderar un partido o movimiento.
Teniendo en cuenta eso, me pregunto si en el PAN que se desgarra por dentro, serían capaces de aceptar apoyar a un candidato que no sea blanquiazul, basado en la guerra que por lo menos 3 personajes de ese Instituto político han protagonizado desde el año pasado y que a más de uno avergüenza, se antoja imposible que aceptaran gritar ¡vivas! a favor de un Mancera, por ejemplo.
O que a la siempre desunida izquierda le llegue la inspiración y el amor por México para hacer a un lado todas sus ambiciones y que marchen en favor de un derechista que jamás aprobaría el impulso a las libertades que los amarillos defienden.
Yo le digo que esos son puros amagues, rounds de sombra, intentos por doblar algunas manos y ver las reacciones dentro y fuera de su partido. Son anuncios que buscan meter ruido entre PRI y Morena que seguramente se mueren de la risa.
En todo caso, quizá estén tratando de vender caro el segundo movimiento, ese que no dicen, pero ya piensen y es más probable que realicen. Me refiero a las alianzas de facto, a las de impulsar el voto útil o a la de quitar votos a un fuerte candidato(a) a cambio de dinero, favores o posiciones.
Lo de la alianza es puro cuento porque sus impulsores, al igual que los que ellos pretenden vencer, son puro cuento.
Una alianza de enormes proporciones tiene que venir de la sociedad, no de los partidos que ésta repudia.
Twitter: @adejorge
Por principio tendríamos que empezar preguntándonos sobre si realmente es posible una alianza opositora entre los distintos partidos políticos y sociedad puesto que la historia nos recuerda las mezquindades, egoísmos, intereses de grupo y el afán protagónico de todos los que sienten al menos con una pequeña posibilidad de abanderar un partido o movimiento.
Teniendo en cuenta eso, me pregunto si en el PAN que se desgarra por dentro, serían capaces de aceptar apoyar a un candidato que no sea blanquiazul, basado en la guerra que por lo menos 3 personajes de ese Instituto político han protagonizado desde el año pasado y que a más de uno avergüenza, se antoja imposible que aceptaran gritar ¡vivas! a favor de un Mancera, por ejemplo.
O que a la siempre desunida izquierda le llegue la inspiración y el amor por México para hacer a un lado todas sus ambiciones y que marchen en favor de un derechista que jamás aprobaría el impulso a las libertades que los amarillos defienden.
Yo le digo que esos son puros amagues, rounds de sombra, intentos por doblar algunas manos y ver las reacciones dentro y fuera de su partido. Son anuncios que buscan meter ruido entre PRI y Morena que seguramente se mueren de la risa.
En todo caso, quizá estén tratando de vender caro el segundo movimiento, ese que no dicen, pero ya piensen y es más probable que realicen. Me refiero a las alianzas de facto, a las de impulsar el voto útil o a la de quitar votos a un fuerte candidato(a) a cambio de dinero, favores o posiciones.
Lo de la alianza es puro cuento porque sus impulsores, al igual que los que ellos pretenden vencer, son puro cuento.
Una alianza de enormes proporciones tiene que venir de la sociedad, no de los partidos que ésta repudia.
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