De pena ajena ver los desplantes de un señor que se cree sus propias mentiras, inspirado, tal vez, en los comics de su infancia.
Es, sin duda, un personaje de terror. Pensar que en nuestro país hay quienes les desean a las autoridades mexicanas dar un paso en falso, que se equivoquen para sacar raja electoral de un posible tropiezo en el trato y negociación de temas tan delicados como los que el pequeño hombrecillo naranja de la Casa Blanca ha puesto en la mesa para ver correr sangre mexicana. No saben lo que hacen, pero así son ellos. Luego habrá tiempo para esconder la mano, pensarán, decir que ‘esta boca no es mía’ y, por supuesto, descargar toda la responsabilidad en el gobierno.
De vuelta al ‘peligro para el mundo’, el tal Donald, me pregunto cuántos ciudadanos norteamericanos están arrepentidos y avergonzados al ver que su presidente es el más patético de los seres con poder y que está dispuesto, aún a costa del sufrimiento de su pueblo, de ver saciados todos sus complejos y frustraciones mediante el sometimiento de algo o alguien, de lo que sea.
¿Será que la mayoría de los gringos son igual de despreciables? No lo creo.
Pero tomando en cuenta lo que muchos expertos en la materia analizan sobre lo que en muchos medios se da como inminente, me refiero al posible juicio político y eventual destitución antes de que termine su mandato, debo ser realista y comentar que nada más lejano a la verdad o, por lo menos, al futuro inmediato.
El de Trump, será un más que dura cuatro años… quizá ocho. A estas alturas, puedo esperar cualquier cosa.
Twitter: @adejorge
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