Los mexicanos tenemos suficientes distractores en este momento, que nos hacen perder el foco de cosas que pueden ser gravísimas.
La detención de Duarte, el de Veracruz, la persecución de Duarte, el de Chihuahua, los excesos de Corral, también de Chihuahua y otros gobernadores prófugos o detenidos.
De las elecciones ni hablar, el Estado de México se ha convertido en una fuente de nerviosismo para muchos. La indecencia de Delfina, representante del partido de la pureza. Un del Mazo que no termina de afianzar su candidatura, una Josefina que ha resultado muy mala candidata por segunda ocasión. En fin, tenemos tela de donde cortar para divertirnos.
Del escándalo del impoluto López Obrador, se puede desprender su despedida para siempre de la política. Hasta el momento de escribir esta columna, ya son dos los videos presentados por El Universal, donde evidencian a su ‘recaudadora’ aceptando una buena cantidad de dinero para entregárselo al tabasqueño ¿a quién culpará ahora? es lo de menos, lo importante es que los ciudadanos están reafirmando lo que ya sabían. Si tuviera un poquito de vergüenza, ya estaría preparando una retirada digna.
Pero mientras el circo mexicano transcurre, las cosas en lo económico se ponen color hormiga, puesto que el frustrado Donald Trump está tratando de obtener un triunfo para su muy desprestigiada presidencia y se le acaba de ocurrir que retoma el tema del TLCAN amenazando con abandonarlo si no le dan lo que él quiere. De entrada, el peso se desplomó y las autoridades federales reaccionaron con urgencia, lo que demuestra fehacientemente que el peligro es real y grande.
Por otra parte, las cosas no están del todo a salvo en Europa. Francia se prepara para la segunda vuelta con el riesgo de que su electorado siga la moda de los gringos y británicos (antecedidos por los griegos), y darle la mala sorpresa al mundo al llevar a la presidencia a una copia al carbón del populista que ocupa la Casa Blanca, la candidata Le Pen. De darse, los vientos derrumbarían la Unión Europea y los daños económicos y sociales arrastrarían a medio mundo. Aunado a lo anterior, la división europea abriría la puerta a la injerencia rusa, china y norteamericana en esa y otras regiones, lo que sería el presagio de una guerra de enormes proporciones.
México, como muchos otros países, serían damnificados de una oleada de ultraderechistas en el poder, con el grave riesgo de tener a otro populista rupestre y vengativo como López Obrador. La diferencia es que AMLO no es de derecha, aunque tampoco de izquierda, él es el principio y el fin; con él, el abismo o la gloria.
Las cosas en lo político, social y económico son tan graves y provienen de tantos lugares dentro y fuera de nuestras fronteras, que en ocasiones vale la pena quitar un ojo de lo inmediato y escandaloso de nuestros problemas domésticos, para poder anticipar con oportunidad problemas quizá mayores.
Twitter: @adejorge
La detención de Duarte, el de Veracruz, la persecución de Duarte, el de Chihuahua, los excesos de Corral, también de Chihuahua y otros gobernadores prófugos o detenidos.
De las elecciones ni hablar, el Estado de México se ha convertido en una fuente de nerviosismo para muchos. La indecencia de Delfina, representante del partido de la pureza. Un del Mazo que no termina de afianzar su candidatura, una Josefina que ha resultado muy mala candidata por segunda ocasión. En fin, tenemos tela de donde cortar para divertirnos.
Del escándalo del impoluto López Obrador, se puede desprender su despedida para siempre de la política. Hasta el momento de escribir esta columna, ya son dos los videos presentados por El Universal, donde evidencian a su ‘recaudadora’ aceptando una buena cantidad de dinero para entregárselo al tabasqueño ¿a quién culpará ahora? es lo de menos, lo importante es que los ciudadanos están reafirmando lo que ya sabían. Si tuviera un poquito de vergüenza, ya estaría preparando una retirada digna.
Pero mientras el circo mexicano transcurre, las cosas en lo económico se ponen color hormiga, puesto que el frustrado Donald Trump está tratando de obtener un triunfo para su muy desprestigiada presidencia y se le acaba de ocurrir que retoma el tema del TLCAN amenazando con abandonarlo si no le dan lo que él quiere. De entrada, el peso se desplomó y las autoridades federales reaccionaron con urgencia, lo que demuestra fehacientemente que el peligro es real y grande.
Por otra parte, las cosas no están del todo a salvo en Europa. Francia se prepara para la segunda vuelta con el riesgo de que su electorado siga la moda de los gringos y británicos (antecedidos por los griegos), y darle la mala sorpresa al mundo al llevar a la presidencia a una copia al carbón del populista que ocupa la Casa Blanca, la candidata Le Pen. De darse, los vientos derrumbarían la Unión Europea y los daños económicos y sociales arrastrarían a medio mundo. Aunado a lo anterior, la división europea abriría la puerta a la injerencia rusa, china y norteamericana en esa y otras regiones, lo que sería el presagio de una guerra de enormes proporciones.
México, como muchos otros países, serían damnificados de una oleada de ultraderechistas en el poder, con el grave riesgo de tener a otro populista rupestre y vengativo como López Obrador. La diferencia es que AMLO no es de derecha, aunque tampoco de izquierda, él es el principio y el fin; con él, el abismo o la gloria.
Las cosas en lo político, social y económico son tan graves y provienen de tantos lugares dentro y fuera de nuestras fronteras, que en ocasiones vale la pena quitar un ojo de lo inmediato y escandaloso de nuestros problemas domésticos, para poder anticipar con oportunidad problemas quizá mayores.
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